¿Y si nos enamoramos a la antigua?
¿Cómo será eso de “a la antigua”?
¿Si nos hacemos querer como esas parejas de antes, que pasaban todo un largo romance conquistando de detalle en detalle el corazón del otro? ¿Y si nos miramos a los ojos y nos conectamos el uno al otro, olvidándonos de que el mundo existe? ¿Si nos decimos a la cara lo que nos gusta del otro y olvidamos darnos un like o comentar en una foto lo que no somos capaces de decir teniéndonos tan cerca?
Quiero que me escribas poemas, que me cantes canciones, de esas dulces, que hablan de lo importante que soy para ti, de lo especial del amor, de la suerte de tenernos, de encontrarnos. Que tengan una melodía que se quede en mi mente y me haga imaginarte, por lo sutil, por lo bonito, por lo acertado… Mejor si las bailamos, cerquita, lentamente, mientras me abrazas.
¿Qué tal si volvemos a las rosas? Esas rojas que encierran pasión, que hablan del amor, que ellas mismas se encargan de dar un mensaje… Y si de repente me asomo en mi ventana y estás tú esperando para verme… De seguro mi corazón no sabría qué hacer con eso.
Yo quiero que me mires y llegues a conocerme, que te aprendas de memoria mi cuerpo, que conozcas todas mis maneras de besar… ¿y sabes qué? Eso no lo haremos en una noche o un fin de semana, eso llevará tiempo… Incluso nos tome toda una vida.
Y eso no me asusta, no me hace correr, porque no tengo intenciones de recorrer otras bocas, porque quiero un amor que valga por mucho, no muchos que valgan muy poco. Ahora es difícil de entender, porque nos hemos acostumbrado a lo efímero, a lo fugaz, a lo superficial… Pero aquí estoy yo, queriendo que nos enamoremos a la antigua, dándole a todo un tiempo y mostrando cada día algo más. Fomentando de a paso lo que queremos crear, sin apuros, profundizando en quienes somos.
Porque a fin de cuentas es la calidad del amor lo que importa, lo que nuestro corazón llega a sentir. Sé que ahora todo parece una simple competencia a ver quién está con más, quien llega a la cama más rápido o con qué facilidad podemos escapar.
Pero yo quiero algo más… sí, de aquello de a la antigua, y sí, algo en ti me dice que quizás no te has contagiado, que quizás rompes el patrón, que tal vez te inspiro lo suficiente como para querer hacer las cosas diferentes, como para querer verme de otra forma, como para querer entrar en mi corazón y en mi mente, incluso antes de entrar en mi cuerpo.
Miro esas parejas, que algunos llaman de tontos, pasar su vida juntos y valoro el tesoro que llevan allí. Una pareja que te ame durante toda la vida, que te conozca tal cual eres, que se dedique a ti y te prefiera cada día, es sin duda uno de los sueños materializados más especiales que alguien pueda tener.
Algunos se llenan sus bocas contando e incluso hablando de quienes pasan por sus camas y no saben nada de hacer el amor, de llegar a la persona con quien están, porque no les importa, incluso a veces creen que la experiencia cuenta como experticia, pero si no te das la tarea de aprender, podrás tener muchas parejas… insatisfechas… A fin de cuentas qué tanto importa, si solo será una o muy pocas noches…
Vamos a enamorarnos a la antigua, dejando de lado los patrones actuales, yo quiero que seas tú quien me bese como me gusta, quiero aprender contigo a ser tu pareja ideal y que en nuestros días representemos para el otro, al menos un porqué más por el cual agradecerle a la vida.
Por un amor de esos, de los que llamamos a la antigua…
Por: Sara Espejo – Reencontrate.com
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