Este sencillo test revelará cuál podría ser tu trauma no resuelto
La mayoría de nosotros llevamos por dentro cosas que no hemos resuelto en la vida, y que de una u otra forma nos ha costado superar. Hablo de traumas o eventos de nuestro pasado que prácticamente cambiaron la forma en cómo vivimos o vemos las cosas a diario.
Algunos de estos traumas varían en intensidad. Es decir, a algunos nos cuesta más sobrellevarlos, debido al impacto que estos nos han causado. Es por eso que, frente a un trauma no resuelto, siempre es aconsejable acudir a terapia psicológica y no quedarse guardado con él.
Guardarse un trauma, solo nos ocasionará estancamiento, frustración, angustia o ansiedad. Muchas veces, es necesario soltar. Dejar ir aquello que nos lastimó una vez…
¿Cuál podría ser tu trauma no resuelto?
En función de lo anterior, hoy hemos traído para ti un test, que podría ayudarte a descubrir cuál podría ser ese trauma no resuelto en ti. Solo deberás seleccionar una de las 4 imágenes que a continuación te vamos mostrar. Elige aquella con la que más te sientas identificado…
¿Listo?
Procede a leer el significado de tu elección…
1. Un posible rechazo
Si elegiste la imagen número 1, es porque posiblemente dentro de ti hay una herida de rechazo.
Probablemente, en tu niñez o adolescencia, aquellas personas que considerabas importantes en tu vida, como por ejemplo tus padres, algún tío o algún amigo, sin querer te rechazaron a través de un comentario, una palabra, o una mala actitud.
Esto, obviamente, ha causado estragos en tu vida. Al punto de tomarte muy a personal ciertas actitudes o comentarios de los demás.
Una manera de solucionar este trauma no resuelto, es tratando de entender que tu vida depende de ti y de cómo te ves a ti mismo. Es decir, todo dependerá de la autoconfianza que tengas. Y esta es la clave principal que te ayudará a crear vínculos sanos con los demás.
2. Una posible traición
Si elegiste la imagen número 2, probablemente dentro de ti haya una herida de traición. A lo mejor la sufriste en la infancia, en la adolescencia o incluso en la adultez.
Quizás confesaste algo muy importante a alguien en quien confiabas; diste todo lo mejor de ti a alguien a quien amabas; fuiste leal en todo sentido con otras personas; pero lo que recibiste fue todo lo contrario… traición.
Es normal que hoy en día te cueste confiar y abrirte a los demás. Es normal también que te cueste creer en las segundas oportunidades y en el perdón. Sin embargo, es necesario que des lugar a la sanación de tu corazón. De lo contrario, va a ser difícil que tu vida fluya, sobre todo si vives guardando rencor a otros.
Toma este mensaje como una señal de que hay algo en ti que debes soltar y debes sanar.
3. Una posible humillación
Si elegiste la imagen número 3, es porque a lo mejor sufriste algún tipo de humillación de chico. Quizás por tu aspecto físico te dijeron cosas frente a los demás que te hirieron y te marcaron. Cosas como «gordito», «bajito», «flaquito», etc.
Es obvio que de pequeño, o de adolescente, esto moleste o incomode demasiado, al punto de generarnos una especie de vocecita mental que nos dice constantemente “no te ves bien”, “eres feo”, “jamás será como tal persona”, “los demás te están viendo… y es porque te ves mal”, etc.
Para superar esto, es necesario que trabajes más en tu autoestima y en tu amor propio, al punto de reconocerte tal cual y como eres. No es una tarea de hoy para mañana, pero es algo que paso a paso puedes lograr. Al final, te sugerimos algunos recursos que te pueden ayudar al respecto.
4. Un posible abandono
Si elegiste la imagen número 4, probablemente es porque sufriste algún abandono a temprana edad. Bien sea de parte de algún familiar, como un padre o una madre, o de algún cuidador que por cosas de la vida tuvo que irse de tu lado.
Esta herida de abandono hace que hoy en día sientas miedo a la soledad, y por ende, busques estar acompañado todo el tiempo. Pero hay que tener cuidado, porque entre esa búsqueda de compañía podemos toparnos con personas equivocadas que terminen haciéndonos daño.
Ahora bien, las heridas relacionadas con un abandono, por más contradictorio que parezca, no se sanan solas. Debe existir un correcto acompañamiento para poder curarlas. Y es aquí donde tiene lugar la recomendación final que, a continuación, te vamos a dar…
Sea cual sea tu trauma no resuelto, es importante que, como dijimos al principio, aprendas a soltar. Paso a paspo, por supuesto. La mejor forma de hacerlo es acudiendo con un profesional de la psicología.
De igual forma en este espacio contamos con diversos talleres y cursos que pueden ayudarte con esa tarea: con reforzar tu amor propio, o con sanar las heridas emocionales aún abiertas. No dudes en suscribirte a ellos y sácales el mayor provecho posible, sobre todo, para conseguir bienestar.
Por ahora nos despedimos no sin antes recordarte que también nos puedes seguir en nuestra cuenta de Instagram: @reencontrate.guru; constantemente compartimos en ella muchas reflexiones y consejos que te conviene aprender.
Sin más que agregar, un saludito.
¡Hasta la próxima!
Por: Adrian Alberto ∼ reencontrate.guru
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