¿Cuál es tu actitud frente a la vida?

¿Sabías que tu actitud frente a los hechos que suceden en tu vida dicen mucho de ti? Está en tus manos elegir si quieres que te atraviesen las malas o las buenas energías. Puedes llorar y enojarte ante un error, o reírte y aprender de él. Pedir perdón, o quedar con resentimiento.

Todo es cuestión de actitud, de la forma en la que afrontas tu día a día. Eso, te define.

La vida te regala todos los días 24 horas, tú decides cómo invertirlas…

Tranquilo, se puede aprender a tener una buena postura ante lo que te pasa.

Hay ciertas personas que desde que son chicas llevan su vida con una energía positiva. Pero hay otras que no, y no tiene nada de malo. Con predisposición, las actitudes se pueden mejorar o cambiar. Aquí te comentaremos algunos puntos para que tengas en cuenta:

1. Auto análisis: Mirar hacia dentro es la mejor manera de entender cuales son nuestros aspectos positivos y así, poder intensificarlos o mejorarlos. También es clave la introspección para encontrar nuestras energías negativas y poder cambiarlas. Todo empieza en el encuentro con uno mismo.
2. Empieza bien el día: Apenas amaneces, haz algo que disfrutes hacer. Te darás cuenta como la buena actitud con la que empiezas el día, va a hacer que el resto se suceda de la mejor manera posible. Es tu decisión la manera en la que comienzas tu día.
3. El optimismo es muy importante: Tener dificultades es normal, incluso todos pasamos por ello alguna vez. Pero la diferencia está, de nuevo, en cómo decides afrontarlo. Si te estancas en los pensamientos negativos, tu actitud se va a volver negativa. En cambio si piensas alguna alternativa para atravesar tu dificultad, ahí, estarás siendo optimista. Y el optimismo es importante para poder llegar a lograr tener una actitud positiva frente a la vida.

Tener una buena actitud comienza por los pequeños detalles

Cuando hablo de aprender a tener una buena actitud ante la vida, no se trata de cosas grandes. La energía positiva se encuentra en los más pequeños detalles. A veces creemos que pasan desapercibidos, pero créeme, hacen a la diferencia.

Desde algo tan sencillo como responder un mensaje a un amigo. Parece algo simple y a veces no le damos importancia, o lo dejamos esperar. Y si esa persona te está hablando, es porque quiere tu respuesta. De otra forma, no lo hubiera hecho. Entonces, no lo dejes para último momento, si alguien necesita de tu ayuda, ayúdale. Lo que va, vuelve. Y más si son actos de amabilidad y bondad.

Así como también se trata de aprender a perdonar, de entender que las personas cometen errores. Hay que perdonar pero desde el corazón, y nunca, pero nunca, devolver mal por mal. Eso no hablaría de una buena actitud.

Tu energía se transmite.

La energía que vibramos, es la energía que atraemos. Como dije anteriormente, si una persona requiere de ti, entonces no lo dudes y ayúdale. Pero atención, no estoy diciendo que debes ayudar a los demás para que luego te ayuden a ti; no se trata de dar esperando algo a cambio. Pero si hay algo que es cierto, es que cuando eres buena persona y tienes pensamientos positivos, eso es lo que vas a atraer. En cambio si tu vida esta llena de malas vibras, todo se volverá oscuro y una seguidilla de malas energías, porque eso es lo que atraerías.

Por esta misma razón es que debes tener en cuenta la gente que te rodea. Si eres una persona optimista, con una mirada positiva frente a la vida, y te relacionas con gente que ve la vida de una mala manera; entonces eso es peligroso. Porque reitero, esas vibras tarde o temprano, te las terminarás contagiando. Por lo tanto, una vez más, es tu decisión alejarte de esas personas. Aléjate de la gente que no te contagie buenas energías y júntate con las que sí lo hagan.

Empieza a tener control sobre tus actitudes. Cuando algo malo te suceda, no dejes que te marque ni que te destruya. Mejor date la oportunidad de que ello, te fortalezca. Ahí esta la gran diferencia de una persona que decide afrontar su vida con buenas vibras.

Por: Sara Martinez – Reencontrate.guru