Aclaremos en primer lugar que la pobreza es un término aplicable a todos los aspectos de nuestras vidas. La pobreza como elemento contrario a la prosperidad la podemos manifestar en el amor, en la salud, en el tiempo y obviamente a nuestra parte material, que a lo que solemos asociarla y en lo que basaremos el desarrollo de esta entrada.
Comprendamos que la pobreza se instala, se cree y se desarrolla en nuestra mente y a partir de allí creamos nuestra realidad. Hay maneras eficaces pare reprogramarnos de forma conveniente en cuanto a nuestras capacidades para vivir en abundancia y hoy queremos ofrecerte un listad de actitudes que recomendamos evitar a fines de conectarnos con esa abundancia a la cual todos y cada uno de nosotros tiene el mismo acceso.
Todos tenemos talentos maravillosos y acceso a una fuente ilimitada de recursos, incluyendo el dinero. Nuestras capacidades solo las limitamos a través de nuestros pensamientos.
“Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes, estás en lo cierto.” – Henry Ford
No tengas dudas de tu poder creativo, esas dudas son las que se colocan como barreras entre el punto en cual estás y donde deseas ubicarte. Si lo quieres lo puedes tener, acéptalo en tu mente y lo atraerás a tu experiencia.
Si nos enfocamos en lo que no tenemos, nos conectamos con la escasez. Podemos desear algo con la confianza de que llegará, pero sin mirarlo desde su ausencia en nuestras vidas. Reconozcamos más bien lo que sí tenemos, aunque quizás nos parezca poco. Esto nos conectará con el agradecimiento y representará un muy buen punto de atracción para lo que deseamos.
Gastar por encima de lo que nos ingresa o en cantidades similares, teniendo otras opciones, nos puede colocar en una situación de estrés por no poder cubrir algunos compromisos, siendo los pensamientos generados en estos estados, perjudiciales para nuestra prosperidad.
No tener un flujo de dinero regular, nos acostumbra a vivir en escasez, donde no se nos es permitido tener mayores beneficios de lo que nos ingresa y de alguna manera dudando de nuestra generación o manifestación de dinero a futuro.
Es importante complacernos sin remordimientos, sentirnos agradados con lo que destinamos para nosotros o lo que consideramos pertinente, igual si no representa un gasto prioritario.
A veces no damos porque sentimos que tenemos poco y luego tendremos menos aún. Pero el universo opera de forma particular. Cuando damos, nos enviamos el mensaje de que habrá más, para nosotros o para seguir dando, pero que esa fuente estará activa.
La envidia es una declaración de incapacidad de poder alcanzar lo que el otro tiene. Es por ello que debemos procurar sustituir la envidia por la admiración, por la inspiración. Recordando que cualquier cosa que queramos la podemos tener siempre y cuando le demos cabida en nuestras mentes.
No nos preocupemos tanto por lo que pensamos que tenemos que hacer para ser prósperos. La prosperidad parte del ser. Piensa desde tu abundancia, agradece lo que tienes y está preparado para recibir lo que quieres en tu vida.
Te liberas de estas actitudes y ya tendrás un buen camino en el recorrido hacia tu abundancia. Cree en ti y en este universo maravilloso que está dispuesto a darte lo que le pidas, solo tienes que hablar en su mismo idioma.
Por: Sara Espejo –Reencontrate.guru
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