Te levantas de la cama como cada día y repites casi automáticamente los mismos pasos. Tienes una red de apoyo magnífica, amigos, familia y un buen trabajo. Aparentemente, no tienes ningún tipo de problema que pueda romper tus esquemas, pero no eres feliz, quizá te falte amor propio. Realmente, tampoco te sientes triste, simplemente, te dedicas a existir. A menudo te preguntas el porqué de ese vacío e inmediatamente las culpas recaen en la gente que te rodea. Sientes que no te apoyan lo suficiente, que no valoran lo que ofreces, que no te dan lo que necesitas. Pero nada de esto es cierto, y pronto lo asumes. Entonces ¿qué me sucede?, te preguntas.
Si estás leyendo esto, es porque quizá tú también te has sentido identificado en estas líneas. Y es que aquí reside la base de la estabilidad emocional, en ese amor interno que muchas veces olvidamos trabajar y termina por dinamitar nuestra vida. Pasamos por este mundo como viajeros sin tiempo, obsesionados con que nuestro alrededor sea una construcción de un mundo ideal, perdiendo la verdadera esencia de nuestra existencia: ser felices con quien somos, antes que con lo que nos rodea.
Podría decirse, que son los cimientos de una casa. Aquel punto de apoyo que necesitamos para que la solidez de nuestro hogar no se tambalee causando estragos irreparables. Como ese oxígeno que busca desesperadamente nuestros pulmones para seguir viviendo. El autoconocimiento de nosotros mismos. Al igual que no empezarías una casa por el tejado, tampoco puedes querer, si antes no te has querido. Esa es la principal causa de la baja autoestima, de los miedos latentes que nos acechan, del fracaso personal al que nos vemos arrastrados por no confiar en nosotros. Porque el afecto que mereces, está dentro de ti. A diferencia de lo que muchos creen, amarse no es digno de egolatría, sino de calidad de vida. Es fundamental valorarse, respetarse y ensalzar nuestros propios logros, para poder continuar; si no hay amor hacia uno mismo, no hay nada.
“Ámate a ti mismo primero y todo lo demás vendrá a continuación. Realmente tienes que amarte a ti mismo, para conseguir hacer algo en este mundo”.
Lucille Ball
Esta frase de Lucille Ball nos deja dos importantes mensajes. Si no valoras quién eres, no puedes esperar que otros lo hagan por ti. Si crees en ti, podrás conseguir lo que te propongas. Suena fantástico, aunque complicado de realizar, por eso hoy te daré unas pautas para fortalecer tu yo interior, ese sentimiento que mereces experimentar, el amor más importante de tu vida: el tuyo.
Y lo más importante, ÁMATE.
Porque solamente existe alguien que te acompañará el resto de tus días…
y ese alguien, ERES TÚ.
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