Solamente tú puedes tomar el control de tus emociones. Nadie más lo puede hacer por ti…
¡Sé que no resulta sencillo de hacer!, pues a lo mejor habrás estado enojado, frustrado, nervioso o triste, y en esos momentos, seguramente te habrá costado mantener la calma y la tranquilidad… ¡Descuida! ¡Esto suele pasar!
Sin embargo, hay algo que nos permite controlar nuestras emociones negativas, de manera que evitemos actuar de forma inapropiada frente a situaciones difíciles.
Algunos psicólogos lo definen como: inteligencia emocional… ¿Alguna vez has escuchado hablar de este término?
Pues bien, la inteligencia emocional está asociada con la forma en cómo nosotros los seres humanos tratamos con nuestras emociones.
Si aprendemos a desarrollarla, podríamos dominar, controlar y manejar nuestro estado emocional como mejor nos parezca. Incluso, a través de ella, podríamos ver a las emociones negativas como una herramienta para guiar nuestra propia vida y conseguir la felicidad.
En primer lugar, debes saber que nuestro cerebro se subdivide en dos partes: la mente racional, ubicada en el lado izquierdo; y la mente emocional, ubicada en el lado derecho.
La sociedad de hoy en día, se ha enfocado en que lo más importante es el intelecto humano, es decir, le da más prioridad a la mente racional.
No obstante, estadísticamente se ha comprobado que la inteligencia emocional (EQ) es la más importante de todas, pues es la que nos permite alcanzar una vida plena y exitosa.
Ahora bien…
Antiguamente, los primeros seres humanos se basaban solo en la supervivencia física, por lo que la estructura de su cerebro creció con la premisa de que “había que actuar antes de pensar“.
Esto era muy útil cuando había que pelear con otras tribus o cuando había que enfrentarse con animales hambrientos al momento de cazar.
Sin embargo, hoy en día estamos en pleno siglo 21. Nuestra estructura cerebral ha evolucionado en gran manera, por lo que seguir con este pensamiento antiguo, sería totalmente descabellado.
Aun así, algunas veces hemos actuado de la forma antigua, dejando de lado el control de nuestras emociones y actuando de manera irracional.
Todo esto explica que llevemos a cabo actos sin sentido. Por ejemplo, gritarle a alguien de nuestro entorno familiar, por el simple hecho de haber cometido un error o un accidente.
Debemos instruir a nuestro cerebro y acostumbrarlo a pensar antes de actuar. De lo contrario, nuestras emociones negativas tendrán mayor dominio de nosotros.
Sigue a tu corazón pero lleva contigo a tu cerebro.
Alfred Adler
La inteligencia emocional se puede entonces desarrollar tomando en cuenta los siguientes principios:
Siempre será importante el hecho de establecer una buena comunicación entre nuestra mente racional y nuestra mente emocional. Sobre todo, si deseamos evitar modos de actuar inadecuados como: provocar una discusión, ejercer la violencia o tomar malas decisiones.
Aprende a fortalecer la relación que hay entre estas dos partes de tu cerebro y verás que mientras mejor se comuniquen tus pensamientos y tus emociones, mejores decisiones podrás tomar.
Te menciono los dos más importantes:
Una mayor inteligencia emocional hará que tengamos mejores habilidades sociales. En otras palabras, si podemos reconocer nuestras propias emociones, también podemos comprender las emociones de los demás, dando lugar al concepto de empatía.
La empatía es esa capacidad que tiene alguien de apreciar e intuir lo que otras personas están pensando o sintiendo.
Si elevas entonces tu inteligencia emocional, podrás no solo entender tus propios sentimientos, sino también los sentimientos de las personas que te rodean, logrando establecer una relación mucho más sólida con todas ellas.
Por otra parte, terminarás teniendo un vínculo más sano y armonioso con tu familia, con tus compañeros de trabajo e incluso, con tu pareja.
Si logramos controlar nuestras emociones, desarrollaremos otras habilidades como la persistencia y la automotivación. Es decir, nos volveremos más optimistas.
Una mayor inteligencia emocional hará que nuestra mente genere pensamientos positivos que a su vez se convertirán en emociones positivas, incluso si llegamos a fallar en algo que estamos llevando a cabo.
Mucha gente a lo mejor se dará por vencida y perderá toda su motivación por seguir adelante ante el primer fallo. Sin embargo, este será el caso de aquellos que tienen una menor inteligencia emocional.
Así que, la próxima vez que algo te salga mal, recuerda que los sentimientos negativos que llegues a sentir, pasarán. No obstante, debes seguir intentando, de forma que acostumbres a tu mente a ser más optimista.
Como bien mencioné al principio, en el siglo 21 lo más importante es aumentar nuestras habilidades sociales para poder llegar lejos.
Todo aquel que quiera ser exitoso deberá desarrollar su inteligencia emocional, así que debemos empezar a instruir a nuestro cerebro y propiciar una buena relación entre nuestra mente emocional y nuestra mente racional.
En un sentido muy real, todos nosotros tenemos dos mentes, una mente que piensa y otra mente que siente.
Daniel Goleman
Toma el control de tus emociones y no vivas siendo un esclavo de ellas. Intenta usarlas a tu favor, bien sea para conocerte mejor, para conectarte con el resto de la gente o para mantenerte motivado en los momentos difíciles.
¡Tú puedes!… Empieza desde ya a ser feliz.
¡Muchos éxitos!
Por: Adrian Alberto ∼ reencontrate.guru
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