Nuestra actual generación no suele promover el perdón. Más bien, lo percibe como un signo de debilidad o de insensatez… ¡Y ojo! No quiero decir con esto, que todo el mundo piensa así.
Sin embargo, el hecho de perdonar, de empatizar o de ser compasivo, actualmente solo se queda en la teoría o en boca de muchos. Pues a la hora de llevar a la práctica, tendemos más bien a estigmatizar o denigrar a todos aquellos que consideramos nuestros enemigos; a quienes creemos nos hicieron mucho daño.
Existe una realidad, y es que las heridas de nuestro pasado pueden tardar muchos años en sanar. Y lo único que verdaderamente puede cicatrizarlas, es el acto de perdonar.
Ya lo decía el poeta inglés Alexander Pope en una frase:
Errar es humano, perdonar es divino.
¡Así es! Perdonar es algo hermoso, celestial y divino; pero al mismo tiempo, suele ser algo difícil de llevar a cabo…
Cuando no perdonamos, reconocemos y aceptamos que nos hemos aferrado al dolor; le damos un lugar al ego y quisiéramos hacer que el otro, nuestro enemigo, pague por lo que nos hizo.
En cambio, cuando perdonamos, reconocemos que el otro hizo algo malo; pero soltamos, nos liberamos de toda carga emocional que eso nos haya causado. Y simplemente, decidimos poner límites, de forma que no volvamos a ser lastimados.
Y a través de esta sencilla comparativa, volvemos a concluir que el acto de perdonar no es algo sencillo. Ya lo decía también el gran Mahatma Gandhi:
El débil nunca puede perdonar. Perdonar es el atributo del fuerte.
Ahora bien, esto no quiere decir que el perdón es algo utópico; todo lo contrario. Podemos llegar a perdonar. Pero para ello, como todo en la vida, debemos seguir un proceso de aprendizaje… ¿Y en qué consiste este proceso? Pues bien, es lo que vengo a explicarte aquí:
Con renunciar, me refiero a desprenderte de las personas que te hicieron daño. Suéltalas, déjalas ir, deja de pensar en ellas. Eso sí, antes, debes ser valiente y reconocer que no las has perdonado. Así pues, aparta tiempo para estar contigo mismo, reconoce esta falta de perdón y renuncia a todo ello. Solo así, podrás empezar a sanar.
Puede que lleguen a ti pensamientos o recuerdos negativos sobre lo que viviste o lo mal que la pasaste, pero debes ser fuerte y renunciar. Intenta cambiar tu enfoque o tus acciones hacia otro punto.
La única manera de salir de ese ciclo de falta de perdón y de estancamiento, es renunciando, dejando atrás el enfado y cambiando tu atención.
Para poder perdonar, debes ser paciente y ver la situación desde una perspectiva más elevada. Puedes aprovechar el tiempo para trabajar en ti mismo. En proyectar generosidad, en mejorar tu actitud frente a la vida, en ser más positivo y en ver las experiencias como un gran aprendizaje. Oprah Winfrey llegó a decir algo que se relaciona mucho con esto:
El verdadero perdón es cuando puedes decir: “Gracias por esa experiencia”.
Y sí, las experiencias son lo mejor que nos puede dar la vida, pues nos ayudan a crecer.
Cuando decides perdonar, el universo conspirará para hacerlo realidad. Solo debes ser paciente. Así que, actúa y espera.
Hay una frase de Henry Ward Beecher que explica muy bien este punto:
“Puedo perdonar, pero no olvidar”, es sólo otro forma de decir, “No puedo perdonar.”
Cuando dejas de buscar responsables o culpables, es porque estás listo y decides dar un gran paso. Aquí, asumes que los recuerdos negativos ya no formarán parte de lo que eres. Decides alejarte de la historia y del pasado, deseas, en cambio, liberarte y ser feliz.
… Olvida, y permítete olvidar.
No te arrepentirás de ello, pues te harás fuerte de nuevo.
Como bien vimos, perdonar significa: renunciar, ser paciente y olvidar. Todo esto, se puede resumir en una expresión clave y concreta, que es: dejar ir.
El arte del perdonar puede quitarnos años de encima. A través de él, podemos aprender a ser seres compasivos y libres de orgullo, lo cual beneficia en gran manera nuestra salud: cerebro, corazón, sistema inmunológico, sistema nervioso, etc.
Y sí, guardar rencor solo te destruirá lentamente tanto a nivel físico como mental y social. Esto que te comento aquí, ha sido comprobado por muchos expertos en psicología.
Además de los principios explicados anteriormente, existen diversas técnicas y terapias que permiten llevar a cabo el acto de perdonar. Sin embargo, algo que por lo general he comentado aquí, en este espacio, es que todo comienza por uno… Y perdonar no es una excepción.
Debemos ser conscientes y entender que todo empieza dentro de sí mismo. Incluso, a la hora de aplicar cualquier técnica o método que se exponga al respecto.
En función de lo anterior, voy a explicarte un método sencillo que te puede ser útil a la hora de perdonar:
Como te expliqué anteriormente, si decides llevar a cabo esta técnica de forma genuina y consciente, estarás rompiendo las cadenas que te tienen atado o atada al rencor, al resentimiento o al orgullo.
Para finalizar, recuerda que, cuando perdonas a otros, también te estás perdonando a ti mismo. Justo ahí, empezarás a crecer en todos los aspectos de tu vida, obtendrás bienestar y vivirás feliz…
¿Tus heridas emocionales aún siguen abiertas?… Solo el perdón las podrá cicatrizar
Un saludo cordial.
Por: Adrian Alberto ∼ reencontrate.guru
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