Ten cuidado con las expectativas que pones sobre los demás

Las expectativas tienen mucho poder y es por eso que debes tener cuidado con ellas, pueden jugarte una mala pasada. Muchas veces podemos llegar a ser muy exigentes con nosotros mismos y con los demás. Poner expectativas sobre otra persona, pocas veces va a resultar.

Suele pasar que al conocer a alguien, ya sea una pareja o un amigo, idealizamos, deseamos que la relación sea de tal forma y no de otra. ¿Pero hasta qué punto esto es bueno?, ¿Y si te terminas encariñando con la idea que tienes en tu cabeza de esa persona y no de la persona en sí?

Tipos de expectativas

No hay una única clase. Estas pueden ser depositadas en nosotros mismos, así como también en la gente que nos rodea.

• Expectativas propias: Dependen exclusivamente de nosotros mismos. El límite entre lo positivo y lo negativo de las mismas, es muy fino. A veces estas expectativas surgen cuando nace un proyecto propio, por ejemplo. Deseamos e imaginamos cómo puede llegar a ser, cómo lo llevaríamos adelante. Y esta idea puede o ayudarte o llevarte al fracaso. Puede motivarte para poner todas las energías en tu trabajo, o decepcionarte el hecho de que en la práctica, tu idea no sea la misma, la inicial.
• Expectativas en el entorno y los demás: Pueden ser traicioneras ya que, proyectar en tu mente cómo van a ser las personas de tu alrededor, pocas veces termina resultando de la forma que querías. Por ejemplo, cuando ingresamos a un nuevo trabajo proyectamos el clima laboral, las relaciones laborales. Pero si luego nada termina siendo como imaginabas, puedes hasta perder el trabajo que soñabas por tu propia decepción. Es importante no hacerse demasiadas expectativas, déjate sorprender.

¿Cuáles son sus consecuencias?

Al exigir mucho de los demás, lo más probable es que encuentres insatisfacción en tus relaciones interpersonales. Si ya tienes en mente cómo debería ser exactamente tu pareja y luego se corre un poco de lo que deseabas, entonces te frustrarás. El lado más negativo aún es no decirle al otro lo que tu quieres. Y a veces por eso, hasta terminarás echándole la culpa a tu pareja, como si supiese lo que pasaba por tu cabeza.

¿Hay alguna alternativa a este pensamiento poco útil? Bueno, intenta conversar con tu compañero o compañera. Porque de esa forma, si te haces ilusiones sobre cómo tu pareja debería tratarte pero se lo comunicas, tal vez ahí todo positivo. O al menos tu pareja sabrá lo que pasa por tu mente y, de esa forma, puede que evites la desilusión. O la transitarán juntos si te sucede, pero de una manera sana.

¿Cómo liberarse de las expectativas?

A continuación encontrarás algunos consejos o estrategias para evitar que tus expectativas invadan tu vida y arruinen tus relaciones.

1. Proceso de identificación: Siempre el primer paso es hacer un análisis interno. Identificar que es lo que tanto te exiges a ti mismo y a los demás, es clave en el proceso. Comienza a ser consciente de que hay cosas que no están a tu alcance, que no puedes cambiar.
2. Aceptación: Entender que el otro es como es y que no puedes cambiarlo, es tan importante como identificar que es lo que te exiges. Trata de vivir el momento, de disfrutar conocer gente y que su persona te sorprenda. No te armes una imagen en tu cabeza de como quieres tus relaciones. No hay nada más lindo que la espontaneidad.
3. Conversa: Si estás en pareja, dile a ella lo que no te gusta. Dile como te gustaría que te trate. Verás que todo será más armonioso si se hacen saber los límites de cada uno. No son adivinos, y no conocer a la otra persona hace que, en momentos donde sientes que la relación no es lo que te imaginabas, terminen, y con un mal final. Intenta no llegar a eso, hay otras alternativas.

Reitero, hay que ser precavidos con lo que deseamos y las expectativas que tenemos. Exigirles demasiadas cosas a nuestras parejas puede llegar a cansarlas. Y además, para encontrar algo afuera, en el otro, primero hay que encontrarlo adentro.

Por: Sara Martinez – Reencontrate.guru