Invierte más energías haciéndolo, que diciendo que lo harás

Muchas veces nuestros planes se convierten solo en discursos y a menos que nuestro plan no sea dictar discursos, pues se nos hará complicado materializarlos, si no salimos de esa fase y nos ubicamos en el hacer.

Es muy importante darle fuerza a lo que queremos hacer y comprometernos con ello, por ello, para quien disfruta de comentar sus planes con los demás, puede resultar beneficiosa esta etapa. El hablar de lo que queremos hacer puede conectarnos a personas que pueden resultar de apoyo, puede facilitarnos obtener algunos recursos necesarios o bien puede ofrecernos puntos de vista que resulten de interés o faciliten la ejecución de nuestros planes… Mientras nos comprometemos ante la persona a quien le comentamos nuestros proyectos.

Sin embargo, el tomar acción, es lo que realmente nos acercará a donde queremos estar. No importa si sentimos que el paso es pequeño, lo importante es darlo. Los primeros pasos pueden resultar los más difíciles de dar, pero una vez que arrancamos, los demás como si obedecieran a la inercia, fluirán con mayor facilidad.

Avanzando más allá de los miedos

Los miedos son los destructores de la mayoría de los sueños, de los mejores planes y de los más grandes impulsos. Resulta que el miedo siempre viene acompañado de muchos de su clase y quizás se nos hace posible sortear alguno, pero al hacerlo se vendrán los refuerzos y debemos estar preparados para liberarnos de ellos.

Los miedos nos mostrarán los peores escenarios posibles. Harán lo posible por hacernos sentir incapaces, inferiores, no merecedores, nos pintarán un camino lleno de obstáculos que no podremos superar y nos dirán mil veces que como estamos, aunque estemos muy mal, estaremos mejor que como podemos llegar a estar de asumir ciertos riesgos.

Las experiencias más maravillosas implican riesgos

Todo lleva consigo un riesgo, ante cada situación que vivamos, vamos a estar asumiendo alguno.Pero por lo general, mientras más arriesgamos, mayores son los cambios que podemos dar a nuestras vidas y muchas de las mejores cosas que nos pueden ocurrir, van ligadas a apuestas altas.

Sí, podemos perder, pero podemos GANAR y si tenemos la mayor determinación de que el resultado nos favorecerá, de seguro resultaremos victoriosos en nuestra apuesta.

Mientras hablas, el tiempo va pasando

El tiempo corre sin nuestra autorización y mientras estamos hablando y hablando, sobre lo que nos gustaría hacer, estamos perdiendo la oportunidad de invertir ese tiempo alineándonos, planificando y ejecutando lo necesario para manifestar lo que deseamos.

Lograr lo que deseas está en ti. Cada día pregúntate qué puedes hacer para acercarte más a donde debes estar, escribe todo lo que se te ocurra y cada cierto tiempo pon en orden esas ideas. Ve armando tu plan y ve recorriendo la ruta, cada paso por pequeño que lo percibas te moverá de donde estás y te acercará un poco más a la meta.

Aprecia el camino

En el camino está la felicidad, a veces nos olvidamos de ese principio y nos encargamos de postergar ese estado en nuestra mente. Cuando consiga esto, cuando haga lo otro, cuando tenga aquello y bueno sonará trillado, pero ¡la vida es hoy! No sabemos si mañana estaremos. La gran mayoría de los que ayer murieron tenían planes para hoy. Sin ánimos de despertar un estado paranoico, es bueno recordar que debemos darle importancia a nuestro presente, el ahora es lo único que tenemos y solo en el disfrutamos la vida.

Sí, proyéctate, ilusiónate, actúa, avanza, pero no dejes de mirar lo que está justo frente a tus ojos en este instante. No dejes de hacer tu día a día interesante, agradeciendo cada pequeño o gran milagro. La alegría del camino te acercará más fácilmente a lo que quieres, porque estarás vibrando con aquello que deseas y escuchando a tu corazón.

Actívate, no postergues, administra tu tiempo y dale especial cabida a tus sueños en tu agenda.

Por: Sara Espejo – Reencontrate.com