Muchas veces invertimos demasiado tiempo y energías tratando de encontrar en los demás, aquello que solo podemos conseguir de nosotros mismos. Pero la desconexión con nuestra esencia puede predominar y podemos vivir creyéndonos o sintiéndonos carentes de lo que llevamos dentro o debemos cultivar en nosotros.
El amor lo recibimos de los demás, es cierto, pero siempre parte del amor que nos brindamos a nosotros mismos. Si nos brindamos un amor pobre, atraeremos a nuestras vidas un amor de la misma calidad. Luego antes de salir a buscar el amor afuera, debemos amarnos y reconocer y trabajar en todas las virtudes que tenemos que nos gustaría que estuviese presente, en ése que quiera compartir su camino con el nuestro.
La felicidad es una condición que no debe depender de nadie más, si le otorgamos a otro el poder sobre nuestra felicidad, ya no es nuestra, ya solo dependerá de las circunstancias, de los demás, de lo que hagan o deje de hacer y eso no es felicidad. La felicidad es un estado por el cual decidimos, depende de cómo vemos la vida y cómo integramos cada elemento. Se hace más fácil conectar con ella cuando nos sentimos seres espirituales con un propósito de aprovechar al máximo esta experiencia, incluyendo las cosas que no nos agradan tanto.
La seguridad debemos sentirla por lo que somos, si hablamos a nivel de protección, pues quizás cabe la interacción de alguien especialista en el tema o una persona de mayores recursos que nos puedan brindar una condición particular. Pero en otro sentido, no son los demás que deben hacernos sentir seguros, sino nosotros mismos, que la opinión acerca de quiénes somos y lo que somos capaces de lograr no tenga que ser validada por nadie.
La paz también es un elemento que solo hallaremos en nuestro interior. No podemos endosárselo a ninguna otra persona, somos nosotros los que sentimos, pensamos, hacemos y vibramos, nadie lo puede hacer por nosotros. Las personas pueden facilitarnos o complicarnos el poder sentirnos en paz, sin embargo, es solo nuestra responsabilidad el decidir cómo nos afectan las acciones u omisiones de los demás. La paz debe estar por encima de todo.
La estabilidad que nos otorga alguien más, nos genera una relación de dependencia, es por ello que debemos sentirnos lo suficientemente capaces de proveernos nuestra propia estabilidad y evitar que la carencia de esa estabilidad, nos haga vincularnos a alguien por motivos que a larga terminan siendo inadecuados.
Al igual que la estabilidad, el estatus social y económico, debería partir de nosotros mismos y no estarlo buscando en alguien más. Lo que debemos en tal caso hallar qué es eso que nos apasiona que nos alineará con la prosperidad de forma natural y nos aportará el estatus social en el que mejor nos convenga desenvolvernos. De cualquier manera siempre vamos a atraer a las personas adecuadas a nuestras vidas, así que si queremos cambiar de estatus en cualquier aspecto, debemos asegurarnos de vibrar con aquello que nos llama la atención.
Tienes todo dentro de ti, talentos para explotar, dones únicos y maravillosos, tienes amor que cultivar, tu paz se encuentra en ti… No desperdicies tu tiempo tratando de hallar lo que llevas contigo a todos lados. Solo no enfoques tanto tu mirada al exterior y hazte consciente de lo que envuelves, animándote a mirar hacia ese mundo interior que es ilimitado, extenso y altamente interesante. Descúbrete y encontrarás de sobra lo que puedes estar buscando fuera… Cuando lo halles en ti, lo atraerás del resto como quizás esperas encontrarlo ahora.
Por: Sara Espejo – Reencontrate.guru
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