Todos tenemos un lado oscuro que queremos esconder al mundo e incluso a nosotros mismos. Miedos, heridas, traumas, vergüenzas, defectos…partes incomodas que nos hacen sentir menos valiosos. Desnudarnos ante nosotros mismos e incluso abrazar nuestro lado oscuro para crecer, representa un maravilloso paso al frente en nuestro camino de transformación.
Estamos en una sociedad donde se confunde la aceptación real del Ser con sus virtudes y defectos con una autoestima egoica y algo distorsionada, en la que se nos induce a negar o rechazar nuestro lado oscuro. Pero por mas que lo tratemos de desconectar o ignorar, se hace presente a diario en pensamientos y actitudes intoxicadas por las emociones negativas no gestionadas.
En tiempos pasados se esperaba que las personas que han decidido evolucionar y seguir un camino espiritual, no podían manifestar sentimientos “oscuros”, que solo debían demostrar paz y sosiego, cuando la realidad es que debemos hacernos cocientes de nuestras sombras y abrazarlas para permitirles salir a la luz.
Carl Jung dijo :«No se alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz sino haciéndose consciente de la oscuridad».
Uno de los secretos para sanar cualquier situación que nos perturba es reconocer y aceptar las sombras que ésta situación instala en nuestro Ser. Saber reconocerlas, definirlas y aceptar que son parte de nosotros, es el inicio del camino para liberarnos de ellas y evolucionar. Lo que no hacemos consciente se manifestará en nuestras vidas con más fuerza. Debemos ir a encontrarnos con nuestros miedos, con el dolor, exteriorizarlo, gritarlo y llorarlo hasta abrazar nuestro lado oscuro para crecer.
El lado oscuro de nuestro ser, pueden ser aquellos sentimientos, emociones, pensamientos, miedos, tristezas, traumas no superados, complejos, rencores o creencias erróneas que nos causan malestar y tratamos de callar. Esos Aspectos rotos de nosotros mismos que evitamos sentir, pensar o sacar a la luz.
Cuando desviamos la mirada, cerramos los ojos e ignoramos los aspectos de nosotros que nos resultan incómodos o indignos, esas partes nuestras que son más oscuras y complejas, estaremos convirtiendo con el tiempo, un sentimiento humano manejable en futuros monstruos que pueden devorar nuestra paz y desviarnos del sendero de la transformación.
El camino de la evolución no se recorre ignorando los aspectos de nuestra naturaleza que debemos transformar, no se logra engañándonos con velos de acero o dando por superados los conflictos al evitar enfrentarlos.
Fomentar el auto engaño no transforma tu lado oscuro, mas bien lo fortalece. Debemos trascender el pasado para poder florecer en el nuevo Ser.
Cuando nos miramos al espejo del alma y dejamos entrar la luz, nos permitimos reconocer, aceptar y abrazar con amor nuestras sombras. Esto trae consigo una gran calma, porque el enfrentarnos a los miedos y tocar nuestras heridas nos hace conscientes de su existencia, aprendemos a darle la bienvenida comprendiendo que nos están mostrando algo muy valioso que nos pertenece como parte de nuestra experiencia de vida, algo que debemos amar, superar, transformar y dejar ir.
El lado oscuro también florece, y así como abrazamos nuestro lado iluminado, abracemos también nuestro lado oscuro para hacerlo florecer.
Muchas veces la vida nos sacude a través del dolor para alinearnos con el camino espiritual. Grandes conflictos, decepciones o heridas muy profundas que nos llevan a emprender la búsqueda de respuestas a la situación que estamos viviendo. Si aprendemos a observar en nuestro propio interior, reconocer, aceptar y comprender lo que realmente somos en ese momento, podremos descubrir y desarrollar ese gran potencial de transformación a una conciencia superior.
Bruce Lee dijo una vez en alguna sus películas: “Más que pedir una vida fácil, hay que pedir la fuerza para llevar una vida sin importar lo difícil que sea”.
Encuentra un lugar tranquilo, alejado del ruido, las tareas y las distracciones. Céntrate en tu respiración. Poco a poco aprenderás a escuchar tu voz interior a través del silencio de la mente, esa voz que, mas que palabras nos grita sentimientos. Déjalos gritar, llorar y golpearte, no los evites si te duele, los fantasmas de los recuerdos, las raíces del dolor, obsérvalos y siéntelos sin juicio, sin dejar de respirar, solo siéntelos y obsérvalos todo el tiempo que sea necesario hasta que te des cuenta que son parte de ti mismo, conéctate con ellos y siente tu amor propio, solo así podrás reconciliarte armoniosamente con el pasado, y para que haya tal armonía primero debes abrazar las Sombras. Haz este ejercicio tantas veces como sientas que sea necesario, y veras iluminarse cada sombra paso a paso.
Una vez que se identifica y acepta la experiencia dolorosa, puedes comprender que hay mucho oro enterrado en el fango, y que la clave esta en el equilibrio interior. Siempre habrá sufrimiento, pero cada uno de nosotros decide si ahogarse en él o aprender de él para evolucionar.
Finalmente, la única forma de progresar realmente en este hermoso camino del alma es la de integrar en UNO tantas partes de nuestra propia naturaleza como nos sea posible, eso implica abrazar todos los matices de luces y sombras que titilan en nuestro ser.
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