La mayoría de nosotros somos bastante tercos, consciente o inconscientemente seguimos un patrón de comportamiento cada vez que nos encontramos frente a situaciones similares, sin importar mucho en el momento si nos ha traído resultados con los que nos sentimos satisfechos en el pasado.
El cambiar no es algo súper sencillo en nosotros, de verdad, sin engañarnos o engañar a los demás, no es un proceso que fluye normalmente sin tropiezos. La buena noticia es que siempre es posible, pero sin duda tenemos que ser bastante disciplinados para realmente asumir la posición de cambio y finalmente conquistar la meta.
Ya debemos tener claro que los cambios no suelen generarse en nosotros porque venga alguien y nos diga que es necesario que cambiemos, incluso cuando en ese mensaje estén incluidas las mejores intenciones de la vida.
Los cambios no son imposibles, claro que no, pero para que sean reales, debe haberse activado un interruptor dentro, de no ser así… e incluso siendo así, los cambios pueden no superar la implantación en nuestro sistema y en cualquier momento, podemos volver a seguir el patrón que anteriormente determinó nuestra decisiones y nuestras acciones.
Pero partamos de que es posible y muchas veces muy conveniente para nosotros cambiar algunas cosas, en especial conductas, maneras de ver la vida o bien de sacar el mayor provecho de ellas.
Esto nos puede tomar tiempo o bien puede ser un proceso súper rápido fluido y natural, todo dependerá del propósito, del detonante y de que los fundamentos de ese cambio que estamos en proceso de generación sean sólidos.
Y un detalle importante que no debemos pasar por alto, es que no importa la edad, cuánto tiempo llevemos haciendo algo de una determinada manera, si ya nos acostumbramos a asumir las consecuencias de nuestros actos asociados a aquello que pasó a formar parte de una evaluación interna, nunca es tarde. Siempre es un buen momento para decidir ser mejores o hacer las cosas de una mejor manera.
Lo que fuimos ayer, no tiene por qué determinar lo que somos hoy. Es fundamental creer en nuestra capacidad de cambio, de aprendizaje, de uso de herramientas y de desarrollo de recursos.
Olvidemos eso de: yo soy así, como una sentencia de que no podemos mejorar… Siempre podemos trabajar por nuestra mejor versión, más cuando descubrimos que ciertos patrones nos perjudican o nos llevan a lastimar o perjudicar a otras personas.
Hoy es un buen momento para escoger algo que queramos cambiar y armar nuestra estrategia para conseguirlo, no importa cuántas veces tropecemos en el intento. No esperemos que algo en nosotros se quiebre de manera irreparable para darle cabida a un cambio si podemos hacerlo antes… Nunca es tarde, pero mientras más temprano, siempre es mejor.
Por: Sara Espejo – Reencontrate.com
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