El amor está en mí… Es el mismo que está en ti también… Todas las teorías las he escuchado con atención. Sin embargo hoy quiero decirle al universo, que estoy en plena disposición de encontrar ese amor que le dé un nuevo sentido y color a mi vida.
Quiero compartir mi felicidad con alguien que haga lo posible por entretejer sus caminos a los míos. Que tenga ganas de vivir una hermosa aventura y mucha disposición de disfrutarla toda una vida.
Busco un amor que me hable con su mirada, que me desnude sin tocarme… Un amor que me haga llorar de alegría y de la risa, que mi rostro sonría solo de pensarle. Un amor que me llene de detalles, pero que su mejor regalo sea hacer lo propio para ofrecerme paz. Que me cuide… que sin duda es una bella manera amar
Puedo dejar pasar esas mariposas en el estómago, puede renunciar con facilidad a esos momentos preliminares donde no sabes si efectivamente lograrán congeniar… Para dirigirme a ese estado tranquilo, en donde estás seguro de haber llegado a donde tenías que estar.
Quiero un amor exclusivo para mí, que me dedique sus mejores pensamientos y que sonría al escucharme. No necesariamente tiene que entenderme, pero bastará para mí con que no me compare, con que no me juzgue y con que no quiera cambiarme.
Yo me siento en plena capacidad y disposición de construir día a día lo que quiero en esa relación. Ya me he preparado con todas esa experiencias que no funcionaron, pero sí me dejarnos poderosas y súper útiles lecciones. Incluso aquellas que consideré una total pérdida de tiempo, me han demostrado que solo fueron el eslabón para ubicarme más adelante en esa cadena maravillosa que me ha traído acá.
Y quiero aclarar que cuando busco, quiero decir espero, pero no de manera inactiva, sino con mis brazos abiertos. Porque sé que estoy en el mejor momento de mi vida para amar y para crecer junto a ese alguien que está hecho para caminar a mi lado. Sé que también me estás esperando y sé que nuestros caminos se cruzarán pronto.
Lo que voy a hacer es reconocerte, porque ya algo de mí ya te conoce, ya sabe cómo miras, ya sabe cómo hablas, ya sabe inclusive cómo hueles… te reconocería en la distancia, desde esa parte de nosotros que ni siquiera utiliza los cinco sentidos para percibir la realidad.
No me colma la impaciencia, pero sí la emoción de sentirte cerca, en tiempo, en espacio, en ganas, en ilusiones, en mi mente y en mi corazón… Solo me estado preparando para ti y espero poder hacerlo bien y que te guste el lugar que te he reservado.
No tardes tanto, tengo mucho para compartir contigo, tengo mucho para darte y muchas cosas que te quiero contar. Me he estado adelantando a algunas cosas que hubiese preferido hacer contigo, pero mientras llegas mi vida sigue y me encanta, la disfruto, mi soledad me ha enseñado cosas que jamás me pudiese haber imaginado, en especial de mí. Sin embargo, ya hemos conversado de ti, está dispuesta a compartirme contigo y yo a dejarla escapar mientras mi corazón, mi mente y mi cuerpo se nutren de ti.
Disculpa si en el pasado te confundí con alguna de las personas que conocí, no estaba muy claro lo que buscaba y cuando no sabes hacia donde vas, todos los mapas se parecen. Recientemente han venido alguna personas, haciéndose pasar por ti, pero con facilidad he sabido desenmascararlas…
Te busco y te atraigo a través de todo el amor que me doy, porque sé que esa es la luz que te guiará exactamente a donde estoy. Cuando me ame plenamente simplemente llegarás.
Por: Sara Espejo – Reencontrarte.guru
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