Muchas personas piensan que el ser una persona realista los ubica en una posición de menores riesgos, ya que hacen toda una valoración de los elementos existentes, tangibles y/o visibles, descartando cualquier amplitud de ese escenario, por no ser ubicable en la realidad existente.
Si estás metido en ese grupo de realistas, te aconsejo flexibilizar tu conducta y tus creencias, con el fin de poder ver y sentir más allá de la realidad que se está manifestando ahora.
Somos creadores de lo que vivimos, por ende de nuestras realidades y es por ello que debemos hacernos unos especialistas en ser optimistas y no de esos que se hacen llamar optimistas moderados… No, optimistas potenciados, recargados, ultraoptimistas, mientras más optimistas mejor.
Los que no pueden ser optimistas, es porque en el fondo son pesimistas y siempre esperan un desarrollo desfavorable y tienen miedo de que las cosas no resulten como aparentemente esperan… La realidad en este caso es que lo esperado no es el mejor resultado posible, sino lo contrario.
Luego, como la vida nos da de acuerdo a cómo vibremos, ante la duda y ante lo que realmente nos creemos, tendremos ese resultado que nos hará decepcionarnos y decirnos a nosotros mismos, que no debimos ser tan optimistas, que debimos ser conservadores en cuanto a nuestras expectativas. Y normalmente allí tiende a afianzarse esa visión “realista” del mundo y de lo que él ocurre.
La única manera de que nos pasen cosas maravillosas en la vida es que podamos creerlas en nuestra mente primero, que nos sintamos merecedores de lo mejor y le permitamos al Universo lleno de recursos ilimitados, que eso que se sale del estándar y que ni siquiera sabemos cómo es posible que llegue a nuestras vidas, simplemente se manifieste.
Allí está la magia, una magia disponible para todos, que siempre responde, pero que generalmente no usamos con consciencia. Todo lo que tienes en la vida, cada una de tus relaciones, aquello que llamas problemas, los has creado o atraído tú a tu vida. Algunas veces con una finalidad clara en el momento y otras veces con propósitos que solo entenderás con el paso del tiempo, cuando de un punto puedas ir a otro y mires atrás y veas qué tan necesario fue pasar por alguna estación.
Ser realista no te permitirá sentir qué es lo que eres capaz de crear, te limitará a lo que ocurre en el momento o peor, a tu percepción de lo que ocurre en el momento y aquello que realmente te gustaría, estará fuera de esa área y tú lo mirarás como algo inalcanzable, porque así lo crees y así se quedará, hasta que decidas verlo y sentirlo diferente.
Aprende a esperar lo mejor. En los niveles de principiantes, estaremos un tanto expuestos a las decepciones, a las desilusiones, porque no ocurren las cosas exactamente como nos gustaría, pero a medida que vayamos practicando, tendremos mayor capacidad de contribuir a través de nuestra visualización, nuestra confianza y proyección con nuestra manifestación.
No tengas miedo a esperar lo mejor, ten miedo a esperar lo peor o lo corriente, porque donde coloques tus energías, será desde dónde atraigas. Espera en grande, en gigante, convéncete de que te pertenece, de que tienes con qué, de que eso que anhelas será tuyo. Ya lo que está dentro de la norma es tuyo, porque así lo sientes, pero atrévete a crear más, no por ambición, ni porque no te sientas satisfecho con lo que quieres, sino por entender que puedes crear todo lo que quieras para tu vida.
Que si no lo creas es porque no te hace falta, no lo quieres, porque has llegado a un punto de evolución donde algunas cosas no tienen tanta importancia y le damos más valor a otras. Pero no nos quedemos siendo realistas por tener miedo a que siendo optimistas, nos decepcionemos con los resultados.
Aprende a esperar lo mejor, a sentir que eso que deseas llegará y no te conformes con evaluar basado en lo que tus ojos ven. Diviértete creando un mundo mejor, cargado de cosas positivas, de abundancia, de amor, de personas felices y satisfechas. Ya realistas hay bastantes y su realidad colectiva no deja de afectarnos. Por eso es que nos hace falta cultivar sueños, leer al corazón y manifestar lo que él desea. Hace falta más disposición para crear desde nuestra mente.
Deja un poco el realismo a un lado y mira esa otra parte, que aunque no es tangible, también es real y desde allí es desde donde se hacen realidad los más grandes sueños, desde donde se mueven las montañas, desde donde se cambia el rumbo y se crea un destino totalmente diferente que el predicho por algún realista.
Sí, hay realidades, hay variables y constantes, pero que estén presentes hoy no significa que no puedan dejar el escenario mañana. Así que abandonemos posiciones realistas y asumamos la de soñadores, que desde allí es desde donde podemos crear las cosas más maravillosas.
Por: Sara Espejo – Reencontrate.guru
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