Ser, sentirse y amarse. Ser, para poder caminar con tu marca personal, caminar con autenticidad. Sentirse, para apreciarse y valorarse. Y por último amar, pero por sobre todo amarse. Amar tu esencia; es quién te acompañará por el resto de tu vida.
Debes habitar en ti y saber amar ese hábitat.
Si alguna vez te ha pasado que te hayan dicho algo lindo pero tu oído parecía no captarlo, no creerlo, es porque entonces te falta cumplir un paso y yo diría que el más importante. Ser, entenderte y confiar en ti.
Cuando no te conoces, cuando te encuentras sumergido en incertidumbres e inseguridades, es poco probable que te entiendas, y que te quieras. Por consiguiente, no sabrás apreciar lo que los demás crean de ti. Sentirás que lo que digan no es cierto, que esas palabras no te son propias. Pero eso, es porque no has descubierto aún tu esencia, tu autenticidad.
Tu ser te muestra el camino, te guía. Pero si no actúas siempre desde el corazón, desde las ganas internas, desde lo que tu ser te brinda, entonces no estarás siendo auténtico; en fin, no estarás siendo. Y si no eres tú, desde lo más profundo de tu esencia, tal vez te sientas incómodo, como fuera de tu propio hábitat. Por lo tanto, si no te conoces y aprecias será muy complicado que el resto si lo haga. O al menos sentirás que no lo harán. Cree en ti y verás como todo se alineará y retomará su forma. Sentirás que los demás te valoran por lo que realmente eres.
¿Qué sentido tendría si fuésemos todos iguales? Aprendamos a disfrutar de quienes somos, de nuestras marcas personales.
Entiendo que tal vez te asuste investigarte a ti mismo, comenzar a conocerte. En lo personal, el crecimiento y el amor a mi misma no me fue fácil. Y con esto no quiero decir que el trabajo haya terminado; día a día se aprende un poco más. La clave está en no rendirse, en ser fieles a lo que sentimos y a lo que nos dicta el corazón.
Es importante saber que se puede fallar, que a veces los impulsos y las fuerzas internas no nos llevan por buen camino. Pero eso es lo lindo del proceso. Caer y volver a levantarse; intentar. Siempre intentar, correr tras lo que sentimos.
Una vez que comprendes lo lindo de estar dentro de tu cuerpo, una vez que lo sientes tu hogar, ya no hay vuelta atrás. Todo se vuelve real y retoma sus colores. Ahora sí serás capaz de sentirte. Serás capaz de escuchar las palabras que los demás tengan para vos. Lo que digan te va a sonar propio, los halagos serán una caricia y no volarán con el viento. Porque cuando de verdad te reconoces y sabes quien eres, en tu interior y no en la superficialidad, ahí lograras sentirte, en todo sentido.
El amor propio es un trabajo de todos los días. La aceptación se trabaja, es un proceso que debes vivir. Y cada uno lo hace a su tiempo, hay que respetar los tiempos de todos.
Para cerrar, espero que comprendas que hablarse a uno mismo es un paso clave para poder conocerse y entenderse. Una vez más reitero, se puede tener todo en la vida (o así creerlo). Te pueden gritar lo hermosa persona que eres, pero si tu no lo crees, si tu no lo ves, lo que el resto diga se va a volar con el viento, no va a poder entrar en vos.
No dejes que las palabras vuelen, son mágicas, y más aún si quienes te las dicen, las dicen desde el amor. Mereces creerlas, mereces conocerte y sobre todo, sentirte.
Por: Sara Martinez – Reencontrate.guru
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