Aunque el cuerpo y la mente son lo único realmente nuestro, no siempre sabemos manejar los pensamientos o emociones que nos permitan materializar acciones que nos lleven a conseguir nuestras metas. Siendo nosotros mismos quienes nos autosaboteamos.
Muchas veces las personas se desarrollan en medio de conflictos entre lo que quiere conscientemente y lo que cree inconscientemente, sin darse cuenta de su fuerza mental, y a veces se condena a vivir la vida que los demás le imponen, llegando incluso a preservar esos pensamientos y conductas con la inmadurez de un niño que espera ser compensado o sancionado por su obediencia o falta de ella.
El propósito de la vida debería ser el de poder manifestar nuestras decisiones y acciones plenamente, y que nuestra existencia se inunde de ese ímpetu. Pero si nosotros mismos no dejamos que todo eso fluya no lo lograremos.
Creamos limitantes, un autosabotaje con excusas para no salir de nuestra zona de confort, todo realizado por nuestra mente, pero que al darse cuenta de que son solo trucos mal aprendidos es posible dejar de hacerlos.
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Frente a ciertas oportunidades, dificultades, elogios, críticas y logros ¿qué es lo primero en lo que te fijas? La mente es un procesador dual que presta atención a solo un lado, que dependiendo del que decida tomar puede cambiar desde su estado de ánimo hasta su existencia misma. “Filtrar” entre el entusiasmo y las dudas puede hacer la diferencia.
No todo tiene que ser negro o blanco, malo o bueno, esto hace que la mente sea rígida y no fluya hacia los cambios con la facilidad que la vida ofrece, perdiendo incluso los aprendizajes del proceso, provocando hasta el aislamiento por esos pensamientos cerrados.
Pensar que todas las situaciones son iguales nos hace perder de vista circunstancias específicas, es decir creer que todos los hombres o mujeres son iguales, o que siempre te sucederá lo mismo es un muy mal hábito que le impedirá tratar la realidad tal y como es.
Aunque nadie sea capaz de saber lo que otro está pensando, inconscientemente lo intentamos sin darnos cuenta que le estamos dando excesiva importancia a lo que los demás piensen de nosotros, esto con el fin de buscar la aprobación de ellos y debilitando nuestros intereses.
Al menor incidente tu mente lo exagera y nos autosaboteamos hasta el nivel de desastres o catástrofes. Aunque este sea un hábito difícil de erradicar debe comenzar a reflexionar sobre el porqué de esos pensamientos, y que si lo hace con conciencia podría evitarlos y así no crear peores escenarios.
Uno de los hábitos que más afecta de manera negativa nuestra salud mental y emocional es el de tomarse todo personal, suponer que algún mal comentario hecho es para nosotros y puede afectarnos, arruinando no solo el estado de ánimo sino el día entero. A cambio podemos pensar que ese comentario es el reflejo de la forma de vivir de quien lo emitió.
Sentirse protegido y cuidado pueden ser sensaciones placenteras, pero también pueden crear dependencia de alguien más. Aunque sea consecuencia de la forma en que hemos crecido evita ejercer la responsabilidad para dirigir nuestra vida.
Cuando algo no sale como esperamos nos autosaboteamos y frustramos actuando caprichosos e infantiles, y en vez de superar y seguir nos quejamos con que “no es justo”.
Todos debemos en algún momento hacernos cargo de nuestra vida, algunos inconscientemente tienen la tendencia de cargar sus responsabilidades en los demás, culpándolos incluso de sus desdichas. Tome el control de su vida y dele el sentido que desea.
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Las reglas que los demás imponen en su vida pueden impedirle que esta fluya. No todas las reglas se hicieron para obedecerlas.
Las emociones, aunque no son racionales propiamente contribuyen al entendimiento de la realidad, y a diferencia de la planeación o el pensamiento lógico ha sido relegada como no necesaria.
El racionarlas puede anular su espontaneidad, ya que se nos ha enseñado a sentir con ciertos parámetros.
Probablemente lo más difícil es obtener seguridad en uno mismo y ganar la fuerza suficiente para tomar decisiones. Por otra parte, el miedo a ser aceptado también se debe a esa falta de seguridad.
Debe comenzar a dejar de hacer lo mismo para obtener resultados diferentes. Fíjese metas alcanzables para así evitar frustraciones, y a medida que aplique las herramientas que le hemos dado su mente ira eliminando creencias toxicas y negativas.
No es un proceso fácil, ni lo lograra de un día para el otro. Pero siendo consciente de que usted mismo es su principal obstáculo obtendrá grandes logros.
Autor: Carisbel Guaramato – Reencontrate.guru
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