¿No te gustan los conflictos? Evitarlos no los harán desaparecer
Probablemente a diario nos hemos topado con situaciones que podrían llevarnos a conflictos.
Por ejemplo, en una fila en el banco alguien con disimulo se coloca por delante de usted, o haciendo una compra le quieren cobrar más por lo que ya sabe cuál es su valor, en el trabajo su jefe amaneció de mal humor y le ordena algo que ambos saben que no puede cumplir.
Elegir a cuál situación responder es una decisión personal. Si nos parece injusto tenemos la libertad de pelear o dejarlo pasar dependiendo del caso, a veces dejamos pasar ciertas situaciones por pensar que no tiene la importancia suficiente para gastar energías en ello.
¿Qué debemos hacer ante la injusticia?
No todas las personas son capaces de elegir cómo actuar ante cierta circunstancia, o por el contrario eligen con anticipación no confrontarse con alguien, aunque la situación lo amerite.
Y no solo evitan los debates o reclamos, sino que tampoco exigen conductas que lo puedan llevar a algún conflicto.
Estas personas son temerosas, y su sentimiento de indefensión va más allá de lo sensato.
Muchas veces no son conscientes de ese temor, alegando que les gusta vivir en paz, sin tener problemas con nadie.
Este tipo de personas son capaces de asumir las tareas de otros solo para evitar disputas, por lo que terminan haciendo trabajos que corresponde a otros por evitar problemas con los demás.
Estrategias para evitar problemas
Siempre y cuando sirva para evitar grandes problemas evitar el conflicto será una estrategia valida.
Es decir, cuando se tiene la certeza de que alguien es totalmente intransigente con ciertos temas no vale la pena que lo enfrente o cuando le imponen normas inamovibles, aunque no le gusten no ganara nada comenzando una confrontación.
Hay quienes por evitar conflictos pierden mucho más que una pelea, como puede ser su dignidad, sus derechos y hasta el respeto que merecen.
Conscientemente sabe que está sucediendo algo que no debería ser, porque es ilegal, o porque es injusto, pero aun así existe personas que prefieren ignorar la situación.
Hay quienes prefieren continuar como si nada, sin pensar en que esto podría traer graves consecuencias, tanto para su equilibrio emocional como para el resto de su entorno.
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No permitas las injusticias por evitar conflictos
Permitir cualquier tipo de injusticia y pretender seguir adelante es algo que puede traducirse en malestar, frustración, angustias o hasta convertirse en enfermedades físicas.
Sin darse cuenta con este tipo de actitudes está nutriendo y alimentando relaciones sociales maliciosas.
Cuando lo dejas pasar un día ya luego es difícil de detener, y quien comete el abuso tampoco se detendrá ya que no hay quien se oponga, dándole por el contrario mayor fuerza para avanzar en su cometido.
Si alguien elude los conflictos no los estará resolviéndolos, sino que estará contribuyendo a crear una sociedad perversa.
Evitar una conducta aprendida
Eludir, impedir o evitar normalmente son conductas que han sido inculcadas, que se han aprendido, creyendo falsamente que, al quedarse callado, reprimirse o contenerse se está enseñando conductas deseables y validas,
Los niños no nacen reprimiéndose, un niño hace todo lo contrario, pero el entorno en el que se desarrolla le enseña que debe hacerlo, ya que de esa forma será más fácil ejercer control sobre él.
Quienes evitan los conflictos no encuentran tranquilidad o paz, sino que se convierten en aguantadores o acumuladores, y al igual que una vasija cuando se va llenando, llega un momento en el que se rebalsa.
El que siempre permanecía callado revienta aterrando a los que están a su alrededor. Este tipo de explosiones luego de haber sido contenida por mucho tiempo puede llegar con graves consecuencias.
Cuando callas y aguantas injusticias logras primeramente que tu autoestima se vea disminuida, y sin darte cuenta estará alimentando el pensamiento de que eres un ser que no puede defenderse ante las circunstancias que se le presenten. No solo su mente se resiente, también lo hace su cuerpo.
Las personas que se contienen en exceso están más expuestas a desarrollar enfermedades como ulceras, gastritis, enfermedades autoinmunes o problemas musculares.
Conclusión
La relevancia de un conflicto jamás debe esquivarse, aunque tampoco es sano ir al extremo opuesto y reaccionar a manera de confrontación incluso en problemas menores.
Existen caminos para sortear y resolver los aprietos, así como también pueden ser evitadosde la forma correcta.
Los conflictos pueden ser vistos como positivos, ya que permiten madurar, crecer y obtener independencia.
Quienes se enfrentan con los conflictos correctamente suelen ser individuos más felices y satisfechos.
Autor: Carisbel Guaramato – Reencontrate.guru