Siempre es bueno tomar previsiones para nuestro futuro, poder sentirnos tranquilos en caso de que se pueda presentar un imprevisto. Pero suele ocurrir que perdemos el norte y la justificación y muchas personas llegan a una edad avanzada con sus necesidades cubiertas y una cifra en el banco interesante y pero sustentada en una vida llena de limitaciones y restricciones.
Cuando somos muy ahorrativos, no estamos confiando en la vida, estamos de alguna manera afirmando que llegaremos a algún momento en el que vamos a necesitar una cantidad de dinero y no la vamos a tener, que el flujo de entrada puede verse interrumpido o que mañana puede haber una situación de carencia que amerite un sacrificio en el presente.
La vida funciona como creemos que funciona, el dinero es una energía, que fluirá hacia nosotros de manera natural si se lo permitimos, como parte de nuestra abundancia y prosperidad natural. Si lo que hacemos es retenerlo, esa energía no va a fluir adecuadamente. No debemos estancar nada.
Sabemos que no por el hecho de que tomemos más aire y no lo expulsemos respiraremos mejor, nuestro sistema está diseñado para tomar lo que necesitamos y expulsar de forma continua. No nos preocupamos por cómo ocurre, ni si el de al lado está tomando mucho aire, o si los pulmones de aquel son más grandes que los nuestros. A menos que estemos enterrados, encapsulados, con un ataque de pánico o con algún problema respiratorio, no nos vamos a preocupar por disponer del aire infinito que está a nuestra disposición.
Así debería ser nuestra actitud con el dinero, entender que él tendrá cabida en nuestras vidas, incluso de vías que no nos imaginábamos, más aun cuando nos dedicamos a lo que amamos y más aún cuando vivimos en bienestar. Y uno de los aspectos que nos permite estar en bienestar es sentirnos cómodos y no restringidos con nuestros gastos, con lo que invertimos en nosotros.
Está bien ahorrar, pero que no sea un ahorrar porque sí, por restringirme y ya. Que tenga un propósito. Quiero esa casa, quiero ese carro, quiero ese viaje… El Universo tiene vías más rápidas de dárnoslo, pero nos cuesta asimilar su facilidad y rapidez y si creemos que ahorrar será la vía, pues así será… Pero disfrutemos del dinero que ahorramos, que no se quede allí acumulándose hasta que se lo heredemos a nuestros hijos, nietos o los gatos…
Nuestros hijos, nuestros nietos, van a tener sus propias vías de generar riqueza y de seguro, al ser nosotros felices y prósperos, ya les ofreceremos un buen piso desde donde pueden comenzar a construir…
Estás acá para ser feliz, no para guardar dinero y sí, el dinero no compra la felicidad, pero sí puede ser un elemento importante para vivir experiencias maravillosas. Conocer nuevos lugares, probar comidas especiales, vestir algo que te encante, regalar algo particular, tener mayor comodidad en tu vida… Claro que todo esto puedes conseguirlo sin dinero, pero el dinero es un facilitador y no es un elemento negativo, restrictivo, propio de unos cuantos… No, el dinero está para todos, solo que podemos tener muchas creencias que nos limiten y nos hagan cerrarle la entrada a su abundancia en nuestras vidas.
Mira cómo es tu relación con el dinero, revisa tus creencias y abre paso a la prosperidad… No te limites a guardar dinero, ¡¡úsalo!! ¡Vive! A veces no solo tenemos esa actitud ahorrativa ante el dinero, sino para todo, hasta los sentimientos nos los guardamos para luego y la verdad es que si hay algo seguro es que no sabemos hasta cuando estaremos por estos lares y bueno no se trata de vivir como si nos fuésemos a morir mañana porque sería quizás muy estresante, pero sí de disfrutar y de darle el verdadero sentido a las cosas y a la vida.
Si estás ganando muy poco dinero y solo puedes ahorrar para pagar lo esencial, debes reconciliarte con la energía del dinero, mereces ganar más. Haz énfasis en lo que mejor haces, busca la manera de dedicarte a ello y de seguro el dinero nunca será una restricción. Por favor recuerda que las limitaciones solo están en tu mente.
No dejes de darte un gustico, de comerte ese sushi el fin de semana, créete que todo lo que inviertas en ti, vendrá de vuelta multiplicado. Porque quizás es difícil de entender, pero la vida te da más de lo que predomina en ti. Si te acostumbras a consentirte, se abrirán mil maneras más para que te sientas consentido(a). Si vives siendo mezquino hasta contigo, las personas que se te acerquen también lo serán. Rompe esos patrones, cambia tú y todo en tu vida va a cambiar.
Viaja a un lugar nuevo una vez al año, aprovecha que aun tienes esas dos piernitas activas y quizás no tienes que ir con andadera a ese sitio que sueñas… Vive un montón de aventuras que puedas contar cuando ya el cuerpo no dé para más. Y bueno, nunca es tarde, si te ahorraste toda la plata y ya andas con la andadera, pues escribe todo lo que quieras hacer y ¡ve por ello! Que mientras no soltemos la última exhalación, aún podemos tomar acción.
Por: Sara Espejo – Reencontrate.guru
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