Muchas personas a nivel mundial sufren un trastorno de ansiedad, por lo que es muy probable que conozcas a alguien con ansiedad o ataques de pánico.
Es lógico que en estos casos quieras apoyar o ayudar, pero en realidad no sabes cómo hacerlo o qué decir al respecto.
Pues bien, aquí aprenderás cómo ofrecer ayuda a una persona, amigo, familiar o colega, en caso de que este tenga un ataque de ansiedad (o ataque de pánico).
He aquí algunas cosas que no debes decirle nunca a alguien con ansiedad, y qué puedes decir en su lugar:
Decirle a alguien que “se calme” cuando se siente emocionalmente roto, nunca ha funcionado. Esas palabras no son mágicas y definitivamente no son útiles. De hecho, si la persona que experimenta ansiedad tuviera la capacidad de calmarse en ese momento, lo haría de inmediato, pero esto no es así de fácil.
Para alguien con ansiedad, esta frase demasiado común es inconsciente y molesta. Sin embargo ¿Qué puedes decir o hacer en su lugar?
Pues bien, transmite calma. Háblale suavemente a esa persona. Reduce la velocidad de su respiración para disipar su propia ansiedad creciente. Intenta decir algo como: “Estoy aquí para ti”, “Estoy aquí para escuchar” o “Me quedaré contigo”.
La mayoría de las personas con ansiedad saben que algunos de sus pensamientos son irracionales y fuera de proporción con la situación en cuestión, incluso en sus momentos más tranquilos y menos ansiosos.
Sin embargo, cuando la ansiedad asoma la cabeza, todo se torna tenso y gris. Esto, por supuesto, es un gran problema porque lo consume todo.
Así pues, decirle a alguien en medio de un ataque de ansiedad (o pánico) que lo que sea que le preocupe “no es gran cosa”, no ayuda en nada. Validar sus sentimientos es una mejor respuesta. Intenta entonces decir algo como: “Puedo ver que estás realmente preocupado”.
“Deja de preocuparte” y “deja de llorar” son respuestas completamente inútiles. Es lógico que toda persona con ansiedad quiera dejar de preocuparse, o incluso quiera parar de llorar. Pero en ese momento, la preocupación no es exactamente una elección consciente o bajo control voluntario.
Más bien, puedes ayudar a esa persona a reducir la ansiedad desafiando sus propios pensamientos ansiosos. Por ejemplo, si un compañero de trabajo siente ansiedad por una gran presentación y está convencido de que fracasará, puedes decirle: “Es totalmente normal que te sientas estresado. Pero sé que te has preparado y has dado grandes presentaciones en el pasado”.
Que quede claro algo: La gente no elige tener ansiedad.
La ansiedad es una condición de salud, al igual que la diabetes, el asma o la presión arterial alta. Por lo tanto, decirle a alguien que “lo supere” es insensible en el mejor de los casos; y en el peor de los casos, indica una falta de voluntad y empatía para ayudar al individuo a lidiar con una condición crónica y la preocupación en cuestión.
Es mucho más útil mostrar tu apoyo, incluso si realmente no entiendes la condición o cómo se siente. Intenta decir algo como: “Esto es difícil, pero lo superaremos juntos”. Respalde esa declaración quedándote con esa persona el tiempo que creas necesario, ayudándole a encontrar un tratamiento (en caso de ser lo más apropiado), y celebrando sus éxitos.
El mejor gesto que puedes tener con una persona que no la está pasando bien a causa de la ansiedad, es mostrar empatía, no minimizar lo que siente y diciéndole cosas como:
Por último, en caso de que veas que la ansiedad está causando estragos en la vida de una persona, no dudes en buscar ayuda con un profesional o motívala a que trate de asistir a terapia. Esto también puede ayudar en gran manera.
Y bien, gracias por haber llegado hasta aquí. Por ahora, me despido no sin antes recordarte que aquí, en reencontrate.guru, cuentas con un taller enfocado en Calmar Tu Ansiedad. No dudes en suscribirte a él en caso de que lo consideres necesario, o de recomendárselo a alguien que pueda necesitar ayuda.
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Sin más que agregar, un saludito.
¡Nos vemos!
Por: Adrian Alberto ∼ reencontrate.guru
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