Amores virtuales

Amores virtuales… En estos tiempos en los que la tecnología se ha apoderado incluso del amor, es cada día más común ver a parejas mantener relaciones a través de una plataforma virtual, incluso sin haberse visto una sola vez personalmente.

La vida puede volverse cada vez más dinámica y los recursos tecnológicos parecieran de alguna manera facilitar la conexión entre dos personas que de alguna manera parecen hacer “match”. Si bien es cierto que muchas relaciones satisfactorias se han derivado de estos mecanismos, los niveles de frustración, también son elevados.

Más allá de comercializar el romance, que en muchos casos, a través de aplicaciones con fines de cruzar parejas, se emplea, está lo que se muestra a través de una res social o de un perfil y todo lo que allí cabe.

Podemos escuchar de muchos casos de identidades falsas, las fotos falsas o exageradamente editadas, las estafas, las mentiras, los encuentros cargados de decepción al mostrarse una realidad muy distinta a lo que esperaba.

Sin embargo, hay un buen porcentaje que realmente tiene sus esperanzas en un mundo virtual para conocer a la pareja que quizás no logra ubicar fuera del marco digital. Algunos no necesariamente optan por una red para tal fin, sino que casi por azar ocurre un cruce por alguna red y logran coincidir. Luego de ese encuentro, más allá de cómo se dé, surge una relación que inclusive puede dar paso al amor.

Al final casi todos esperamos lo mismo…

Las personas que permanecen conectadas, de forma exclusiva a través de algún mecanismo virtual, suelen manifestar sensaciones y sentimientos, que normalmente se atribuían solo a encuentros físicos y el no conocerse personalmente le inyecta algo de misterio a la relación.

La mayoría de los que se conoce a través de una red social o se mantiene en comunicación virtual, busca generar encuentros personales, que les permitan continuar o desistir de la relación establecida.

Así como hay casos de decepción, hay casos de éxito, de relaciones que se construyen y tienen una anécdota qué contar de cómo se conocieron, dando fe de que las relaciones que comienzan de forma virtual, pueden construirse de la mejor manera y que la tecnología puede ser usada a favor.

Lo que hace que los “amores virtuales” sean sostenibles normalmente es lo siguiente:

Que predomine la honestidad:

Como los medios virtuales se prestan para todo, el ser lo más honestos posibles, amplía las posibilidades de que la relación tenga éxito. Decir la verdad en cuanto a quienes somos, lo que nos gusta, la edad, el lugar de residencia (con prudencia), nuestro físico, si tenemos o no hijos, nuestras preferencias, etc… nos permitirá darnos a conocer como somos, evitando sorpresas desagradables.

Que ambas personas estén enfocadas en cosas similares:

El hecho de conocerse de manera virtual, no evita que se pueda determinar si existen o no puntos de convergencia que les permita o dificulte el plantearse una relación a futuro. Decir lo que queremos y si tenemos algunas expectativas, favorece el proceso y evita la pérdida de tiempo.

Que se pase de lo virtual a lo presencial:

Si bien es cierto que una relación virtual puede ofrecer soporte y regocijo emocional. Lo que ofrece una relación presencial va más allá de eso, es por eso que se debe ver el marco virtual como la entrada que permita dar otros pasos, más conectados con la vida real de cada quien. Mientras más honesto haya sido la fase virtual, más posibilidades de éxito tendrá la segunda fase de la relación.

El amor se alimenta de muchas maneras y aun cuando no podemos sustituir una caricia con una fotografía, pues podemos de alguna manera abrirnos a la energía del amor y decirle al mundo estoy aquí dispuesto a dar y a recibir, incluso a través de una pantalla, porque eso que comienza como un amor virtual, puede ser el inicio de algo maravilloso.

Por: Sara Espejo –Reencontrate.guru