¿Qué es esto que me pasa, y que llaman ansiedad?
¿Has sentido repentinamente un estado mental y físico de anticipación a algo negativo? Si sientes que aumenta la agitación e inquietud mental, al punto que te tortura, haciéndote sentir una preocupación angustiosa, y físicamente sientes que se activan múltiples procesos corporales desagradables, estás ante un cuadro de ansiedad.
Todo esto se genera debido a una respuesta ante algún peligro real o ficticio, creado por nuestra mente.
Esas sensaciones repentinas de pavor al anticipar algo malo, esa sensación de nerviosismo con el corazón acelerado a mil, están diseñados biológicamente para generarte incomodidad, y servir como alarma, con el propósito de mantenerte a salvo.
La ansiedad, hasta cierto punto, se puede considerar beneficiosa, ya que aparece con el propósito de captar nuestra atención hacia alguna situación o problema, empujándonos a hacer los cambios necesarios para protegernos o modificar nuestra forma de vida.
Los episodios ocasionales de ansiedad son naturales e incluso pueden ser productivos. Es el precio que pagamos por tener la capacidad de imaginar el futuro.
Cuando la ansiedad se torna persistente, generalizada o desmesurada puede perturbar nuestra vida diaria. Bien sea que se genere en la escuela, el trabajo o con los amigos, un trastorno de ansiedad puede volver miserable nuestro día a día.
Lo preocupante es que cada vez son más los casos de personas que sufren trastornos de ansiedad en ésta era moderna. Este es ahora el principal problema de salud mental en todo el mundo y la incidencia de ansiedad sigue aumentando, especialmente entre los jóvenes. Se ha diagnosticado el trastorno a un número cada vez mayor de niños y adolescentes.
Los psicólogos y psiquiatras están tratando de tomar cartas en el asunto, ya que los trastornos de ansiedad se manifiestan de diferentes formas y, a menudo, tienen un diagnóstico distinto.
♦ El trastorno de ansiedad generalizada es un estado crónico de preocupación y tensión severas, a menudo sin provocación, sobre cualquiera de los ámbitos principales de la vida, incluidos el trabajo, el romance, las finanzas y la salud. Tiende a aumentar o disminuir con el paso del tiempo.
♦ El trastorno de pánico se manifiesta con un ataque repentino y recurrente de ansiedad intensa, que va escalando en intensidad aceleradamente, hasta convertirse en terror. Suele estar acompañada de sudor frío y palidez visible. Desaparece en pocos minutos pero deja una secuela de agotamiento emocional.
♦ Las fobias se generan por experiencias, situaciones o objetos concretos, que producen una evasión inmediata ante los estímulos físicos o emocionales.
♦ La ansiedad social se limita al miedo excesivo a la evaluación negativa de los demás.
La ansiedad suele ir acompañada de depresión, y ambas comparten muchos síntomas e involucran varias trayectorias cerebrales comunes. Sin embargo, la ansiedad activa los sistemas para una acción rápida, mientras que la depresión parece apagarlos.
La biología puede contribuir a la predisposición al trastorno, y las experiencias de la infancia, como los traumas tempranos o la sobreprotección de los padres, pueden desempeñar un papel en la creación de una disposición para la ansiedad.
En las personas con trastornos de ansiedad, los circuitos cerebrales que controlan la respuesta a las situaciones de amenaza parecen fallar: La amígdala, una estructura cerebral que señalan el peligro, puede volverse hiperactiva, desencadenando esa sensación de peligro donde realmente no existe.
Si sueles tener preocupación recurrente, donde tu mente no cesa de darle vueltas a algún tema o problema, esto puede generar una incomodidad corporal. Si el malestar se acentúa produciendo palpitaciones en el corazón, nerviosismo, temblores generales, zumbidos en los oídos y dificultad para respirar, estás cayendo en ansiedad.
No es necesario ni conveniente eliminar la ansiedad por completo, ya que juega un papel crucial para mantenernos alerta y vivos. El objetivo del tratamiento es reducirla a niveles aceptables.
Generalmente estos síntomas físicos pueden generar confusión y arrastrarnos a largos diagnósticos médicos que no arrojan ninguna enfermedad física. Así, lo grave es que la verdadera fuente del problema puede continuar generando malestar sin ser descubierta ni tratada.
Los trastornos de ansiedad en general se pueden abordar con éxito mediante terapia psicológica sola, o en combinación con medicamentos o ambos.
La terapia cognitivo-conductual (TTC) es una de las opciones más efectivas, ya que se adapta al caso particular de cada persona, y éste aprende a identificar patrones de pensamiento problemáticos y a controlar su respuesta a ellos.
Los medicamentos se utilizan generalmente en casos más graves, para ayudar a los pacientes a controlar los síntomas lo suficiente como para centrarse en la psicoterapia.
Los cambios en el estilo de vida juegan un papel importante en el manejo a largo plazo de la ansiedad. El ejercicio físico, la respiración profunda y los programas de meditación se enfocan en facetas muy específicas del trastorno. El mindfulness es excelente!
El autocontrol y el autoconocimiento son herramientas poderosas para lograr una vida sana y plena.
Por: Loubna Hatem ∼ Reencontrate.guru.
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