Una sonrisa puede encerrar muchas cosas y el cómo los demás la miran, también… Solemos mirar las vidas de los demás y sacar conclusiones por lo que está a simple vista. Si tenemos la costumbre de usar la información que viene de nuestro exterior como un factor que pueda llegar a generarnos desequilibrio, será necesario que aprendamos a integrar lo que nuestros ojos logran apreciar.
De cualquier manera la felicidad en el otro no debe colocarnos en una posición incómoda. El pensar que alguien ha tenido una vida más sencilla, más agradable o llena de oportunidades, en todo caso debe ser un punto de inspiración, un ejemplo de lo que la vida nos puede dar… Sin embargo, muchas personas se pueden llegar a sentir incómodas por el hecho de ser testigos de la sonrisa en el rostro de alguien.
Cuando esa incomodidad se hace presente, estamos frente a una actitud que debemos revisar, que puede estar cargada de resentimiento, de envidia, de celos… Toda la felicidad en el otro, debe generarnos satisfacción, porque eso nos permite vibrar en determinada frecuencia y de alguna manera conectarnos con lo grato de la vida.
En todo caso, cada quien está llevando su vida lo mejor que puede, los otros y nosotros mismos. Hay quienes han atravesado experiencias realmente fuertes, que han tenido que atravesar caminos escabrosos, llenos de caídas y tropiezos y hoy en día deciden sonreír. Hoy en día tienen la capacidad de ver lo positivo, incluso tras una experiencia oscura.
Cada uno de nosotros va tomando decisiones a cada instante, dentro de todas las que podemos tomar, considero de las más importantes decidir:
¿Cómo voy a integrar esto que me está ocurriendo a mi vida? Realizarnos esta pregunta nos permite dejar de actuar de manera inconsciente y nos brinda la posibilidad de poder evaluar cada elemento y ubicar lo que podemos tomar como positivo o lo que puede convertirse en un bien a posterior.
Por eso ante cualquier cosa que vivamos es recomendable hacer una pausa, tomar una respiración, observar la situación y a nosotros mismos y preguntarnos qué podemos hacer con lo que ocurre, cómo lo voy a integrar, evaluar si estamos viviendo a través del miedo o a través del amor, es posible sacar algún provecho, cuál de mis reacciones me va a hacer sentir mejor y qué consecuencias traerá esto a mi vida ¿?.
Evidentemente esto requiere de práctica, pero acostumbrarnos a ello, nos coloca más cerca de esa sonrisa espontánea que nos gustaría tener en el rostro y estar del lado de quienes, sin importar lo que haya existido en su pasado quieren hacer el mejor uso de su presente y esto se refleja con el simple hecho de sentirse felices, de estar en gratitud, de mirar al mundo desde la admiración o desde la sabiduría de quien piensa la vida es más que este pequeño inconveniente…
No dejar que la mente nos atrape y nos encarcele es vital. La mente tiene la habilidad necesaria como para que nos identifiquemos con ella y con el drama que suele armar. Pero nosotros tenemos la capacidad de mirar “desde afuera” y darnos cuenta de que eso no es lo que somos, que no somos quien se incomoda con la felicidad del otro, ni el que se acompleja por no poder tener una vida más sencilla, ni tampoco el que finge que nada le pasa y se traga sus emociones. Sino que somos un conjunto integrado por muchos elementos, pero que nuestra esencia nos invita a cada instante a vivir en plenitud y a poder iluminar con nuestra sonrisa nuestro camino y el de los demás.
No importa lo que haya sido tu vida en un pasado, hoy es una excelente oportunidad de conectar con tu felicidad y mostrar tu mejor sonrisa, es tu decisión.
Por: Sara Espejo- Reencontrate.guru
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