Sin ser expertos en asuntos sobre la espiritualidad, todos, como seres humanos, deberíamos ser capaces de pensar, discernir y expresar lo que es bueno o malo en nuestras múltiples experiencias en este mundo actual. Principalmente en ésta época, siglo 21, donde las cosas más increíbles están sucediendo.
En diferentes sentidos, particularmente siento gratitud simplemente por estar presente en este momento de la historia. Si se me hubieran dado a elegir en los albores de la vida, siempre escogería esta época para vivir, este mismo momento en el tiempo.
¡Qué gran progreso ha logrado nuestra raza humana! Nosotros, como una comunidad de personas, hemos recorrido un largo camino en la búsqueda de tantas maravillas científicas, económicas, sociales y tecnológicas. Seguramente, las generaciones que nos entregaron el relevo no podrían estar más orgullosas de donde estamos hoy y de lo que hemos avanzado.
Retrocediendo sólo unos pocos cientos de años en el tiempo, podemos apenas imaginar cómo habría sido la vida sin electricidad, sin Internet y sin todas esas herramientas de comunicación que hoy en día damos por sentadas.
Lo tenemos todo al alcance de nuestras manos, desde la información, la comunicación como las fuentes de entretenimiento.
Para satisfacer nuestras necesidades de comunicación inteligente, tenemos los dispositivos inteligentes. Para saciar nuestro deseo humano de conexiones sociales, hay plataformas de medios sociales. Si queremos encontrar información a la velocidad de la luz, hay motores de búsqueda de información super eficientes.
Para transportarnos de un lugar a otro rincón distante de la tierra, hay aviones, trenes bala, coches y otros medios magníficos! y para entretenernos en tiempos difíciles como el del COVID-19, hay todo tipo de opciones ingeniosas: televisores, plataformas digitales, juegos de interacción y mucho más.
Si todo es tan maravilloso en ésta época, entonces ¿por qué me atrevo a decir que el nuestro es “un mundo loco”?
Bueno, pues estoy segura de que existe más riqueza por explorar en nuestro mundo interior, que en los extravagantes escenarios de la vida de aquí afuera. Claro está, nos hemos convertido en seres materialistas y tecnológicamente avanzados de todas las maneras imaginables…
Pero ¿estamos haciendo algún progreso en las áreas concernientes a la alimentación de nuestras almas humanas? La respuesta parece ser un rotundo NO.
La mayoría de las personas aún no se encuentran en sincronía con la naturaleza o, a gran escala, con las fuerzas divinas que gobiernan nuestro universo.
Nos sentimos tan inmersos en el mundo material y artificial de nuestro tiempo, que no encontramos tiempo u atención para lo que es esencialmente importante: para la parte espiritual de nuestro ser.
Al charlar con las personas que me rodean sobre cosas como mantener un equilibrio entre la vida interior y exterior, sus respuestas no me sorprenden. Parecen quejarse a sus almas de que están más conectados y ocupados físicamente y menos conectados espiritualmente. La mayoría se sienten solos sin saber porqué.
Parece ser un dilema colectivo, el que estemos siendo controlados mental y psicológicamente por los maestros de nuestros propios inventos. Esto es aún más cierto en el caso de los jóvenes que nacieron y se criaron con la facilidad de las tecnologías modernas.
Aunque sus vidas están más arraigadas, con herramientas de maravillosas, ingeniosos dispositivos, nutridos recursos tecnológicos, difícilmente pueden utilizarlos para alcanzar la realización espiritual. ¿Cómo podrían retroceder, poner las cosas en su sitio y reajustar sus prioridades para poder vivir una vida espiritualmente satisfactoria?
Creo que todo contacto con la espiritualidad comienza con una revelación en el corazón. En otras palabras, si sientes que no estás en control de tu vida espiritual y tu mundo interior ha estado desprovisto de energía y de verdadera felicidad, es hora de recortar lo artificial y enfocarte más en lo espiritual.
Pasa una hora al día en contemplación, meditación, pensamientos enfocados, o como quieras llamarlo. La idea es que, en algún momento de la vida, tienes que “despertar” y empezar a trabajar en las prioridades espirituales que has estado evadiendo durante tanto tiempo.
Para saber como conectarte con la espiritualidad, lee aquí.
De: Loubna Hatem♥ ∼ Reencontrate.guru
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