¿Qué sucede cuando un niño sobreprotegido crece?
¿Sabías que un niño sobreprotegido sufre de baja autoestima y baja autoconfianza cuando llega adulto?
Muchos padres siempre quieren lo mejor para sus hijos. Quieren que estos sean felices y que estén protegidos de las duras realidades del mundo.
Sin embargo, en este esfuerzo, algunos padres se exceden y se convierten en padres sobreprotectores, causando a sus hijos más daño que bienestar.
Por otro lado, los efectos negativos de ese estilo de crianza dominante continúan no solo en la adolescencia sino también en la vida adulta.
Aquí te contaré cómo un estilo de crianza sobreprotector puede afectar negativamente a tu hijo a medida que este crece, para que de esta forma evites repetir este patrón.
Por qué algunos padres son sobreprotectores
Como te comenté al principio, los padres en general tienen mucha preocupación por la seguridad y el bienestar de sus hijos.
Sin embargo, algunos padres están indebidamente preocupados y sienten que es enteramente su responsabilidad proteger a su hijo de todos los peligros, desafíos, dificultades y decepciones que la vida puede arrojar a veces.
Tales padres se vuelven sobreprotectores y tienden a monitorear constantemente a sus hijos y a tomar el control de su vida… ¿Y cuál es el resultado de todo esto? Veámoslo a continuación:
Signos que evidencia un niño sobreprotegido
Un niño sobreprotegido tiende a:
- Ser demasiado dependiente de sus padres.
- Tener baja confianza y autoestima.
- Sentirse desafiado por las dificultades o conflictos.
- Ser incapaz de pensar de forma independiente o tomar decisiones por su cuenta.
- Ser reacio y negativo al momento de asumir responsabilidades o reconocer un fracaso.
¿Y qué sucede cuando un niño sobreprotegido crece?
Muchos estudios han demostrado que la sobreprotección es más perjudicial que beneficiosa para un niño. De hecho, esta lleva a efectos desfavorables en sus habilidades cognitivas y socioemocionales.
Veamos cómo un estilo de crianza sobreprotector afecta al niño a medida que avanza hacia la adolescencia y luego hacia la edad adulta:
Durante la adolescencia
- En la adolescencia todo niño comienza a afirmar su independencia. Su cerebro sufre varios cambios y este es el momento en el que él trabaja para establecer sus identidades. Sin embargo, si un padre sobreprotector no permite que su hijo en esta etapa cree su propio espacio, por miedo a que este se vuelva rebelde y pierda el control, entonces este último empezará a fomentar la dependencia evitando tener experiencias de aprendizaje que sean significativas para su crecimiento. En este sentido, mantener a un adolescente confinado dentro de un límite estrecho, afectará sus habilidades de pensamiento y razonamiento, y le impedirá convertirse en un individuo seguro, responsable e ingenioso.
- Todo adolescente sobreprotegido carece de confianza y tiene baja autoestima. Cree que es incapaz de ser independiente y defenderse a sí mismo. Como resultado, el niño se convierte en un blanco fácil para los acosadores. Además, los padres sobreprotectores no permiten que sus hijos adolescentes desarrollen lazos de amistad. Por lo tanto, se ve privado de una parte integral de la adolescencia. Esta falta de vida social saludable puede hacer que busque la gratificación en la relación con sus padres, haciéndolo así aún más dependiente a ellos. Por otro lado, también existe la posibilidad de que un adolescente sobreprotegido se rebele contra sus padres, especialmente debido a las restricciones que se le imponen. Dado que el niño anhela la independencia, comienza a probar los límites. Esto puede llevar a que el niño adquiera algunos comportamientos de riesgo, como abusar del alcohol o las drogas.
Durante la adultez
- Un joven adulto que ha sido sobreprotegido carece de sentido de la responsabilidad y sigue dependiendo de sus padres. Si necesita alejarse y vivir de forma independiente, le resultará extremadamente difícil hacer frente a la vida, ya que no posee las habilidades necesarias para resolver problemas, tomar decisiones, etc. Como está acostumbrado a ser cuidado por sus padres, se encontrará a sí mismo como “un inadaptado” entre sus compañeros más independientes. Su bajo nivel de confianza bloqueará su pensamiento y le impedirá usar sus habilidades, ya que duda de sus habilidades. También se abstendrá de expresarse o compartir sus habilidades creativas debido al miedo a ser juzgado.
- Todo joven adulto que sufrió sobreprotección, se frustra fácilmente y lucha por lidiar con los desafíos relacionados con lo académico, el trabajo o las relaciones. A medida que continúa siendo dependiente, es emocionalmente débil y le resulta difícil relacionarse con sus compañeros. Si sus padres no pueden protegerlo, no estará seguro de cómo seguir adelante en la vida, ya que no ha aprendido a enfrentar desafíos o dificultades. Asimismo, será demasiado sensible y evitará correr riesgos, ya que teme al fracaso. Los estudios también muestran que las personas sobreprotegidas tienen un mayor riesgo de sufrir trastornos de ansiedad en la edad adulta, ya que siempre están estresadas debido a sus diversos miedos y vivencias.
Si bien es normal que los padres se preocupen por sus hijos, debemos entender que existe una delgada línea que diferencia la protección de la sobreprotección. Por ende, no hay nada malo en permitir que nuestros hijos aprendan de sus errores y enfrenten los desafíos que la vida les presenta.
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Por: Adrian Alberto ∼ reencontrate.guru