Una de las preguntas más frecuentes que se suele hacer la gente es: “¿cómo se puede alcanzar la paz interior?”.
Y en realidad, esta es una pregunta muy interesante, sobre todo en el mundo en que vivimos.
Como bien se sabe, la situación global, hoy día, es un tanto desafiante. Muchas de las circunstancias actuales suelen robarnos la paz.
Vivimos tiempos donde fácilmente podemos ser víctimas de la ansiedad, el afán, o el miedo.
Ahora bien, quiero que sepas que, la paz interior viene desde lo más profundo del corazón. No es un pensamiento ni una emoción. Es un estado del ser.
Por eso, hoy quiero hablarte un poco más sobre ello y compartir contigo algunas recomendaciones para que logres alcanzar ese estado, más allá de la situación que estés atravesando.
El término paz interior o paz mental, suele ser usado por muchas religiones, como el budismo, el hinduismo o el cristianismo. Sin embargo, aquí no quiero darle una connotación religiosa, sino más bien relacionarla con una forma de vivir que muchas personas, hoy en día, aspiran o desean alcanzar.
Y bien, ¿cómo se logra esto?
Veamos…
La primera recomendación es que aprendas a eliminar las preocupaciones de tu vida. Es cuestión de que, poco a poco, trates de manejar lo que realmente te inquieta o te molesta, y te ocupes en darle una solución.
Aprende a priorizar tus problemas o lo que te está causando dolor de cabeza y malestar. Busca la manera de resolver sabiamente. Si por el contrario, sigues preocupándote y das demasiadas vueltas a los asuntos negativos, solo terminarás afectando a tu vida y a tu corazón. Solo lograrás tener más dificultades. Esto, por supuesto, te alejará de ese estado de serenidad que buscas.
La paz interior tiene una estrecha relación con las emociones positivas; una de ellas, es el agradecimiento. Así pues, levántate, agradece y vive con entusiasmo.
Da gracias por lo que percibes, por lo que tienes, e incluso, por lo que vives. El hecho de ser agradecido es un don que te ofrece serenidad y te hace dormir mejor, algo que anteriormente hemos tratado aquí.
¡Ojo aquí! Con esto no me refiero a que debes formar parte de alguna religión, creencia o dogma.
Simplemente, trata de establecer una conexión diaria, pero genuina, con Dios, con el universo, con tu ser interior o con aquello en lo que creas.
Incluso, puedes hacerlo a través de la oración, de la meditación, de la pronunciación de decretos, etc. O bien, puedes seguir las recomendaciones de algún guía espiritual.
La idea es que puedas comprender tu espiritualidad de manera íntima y sana. De esta manera tendrás la capacidad de acceder a tu interior y de retirar aquello que te esté agitando o te esté impidiendo encontrar la paz.
Es prácticamente imposible encontrar paz si nuestro estilo de vida es poco saludable. Por lo tanto, es aconsejable que cuidemos un poco más nuestra salud.
Con esto me refiero a:
En ocasiones, perdemos la paz porque nos fijamos mucho en nuestros errores, o bien porque recordamos nuestras caídas. En otras palabras, prestamos demasiada atención a aquello que nos ha hecho daño.
Empieza entonces por admitir tus faltas y por aceptar tus errores. Si en algún momento fracasaste, en lugar de estar dándote golpes de pecho, reconoce, aprende de ello y no lo vuelvas a hacer.
Esto último le dará potencialidad a tu vida, de forma que puedas lograr tener paz en tu corazón.
Cuando pensamos negativamente, nos hacemos daño, perdemos el enfoque y alejamos ese estado de paz mental que tanto estamos buscando. Es importante que empieces a albergar en tu mente pensamientos de bendición, frases o palabras positivas. Trata de leer, ver o escuchar cosas que te edifiquen. Y mucho cuidado con tu diálogo interno, trata de que este sea positivo, en vez de negativo.
¿Qué piensas de ti? ¿qué piensas de los demás? ¿qué piensas de lo que te rodea?
Piensa bien de ti, piensa lo mejor de los demás, y descubre lo mejor de lo que te rodea. De esta manera, evitarás perder la paz por estar mirando lo negativo. Cambia los pensamientos negativos por pensamientos un poco más positivos.
No te quejes de las circunstancias. Mira, uno no tiene control de lo que está allí o de lo que está afuera; así pues, quejarnos de las circunstancias únicamente nos llevará a volvernos más vulnerables. Únicamente nos llevará a desgastarnos y agitarnos.
Recuerda, hay cosas que no puedes cambiar, así que, no pelees con el entorno, con lo que llega, con las circunstancias. Acepta y esfuérzate en continuar, en seguir adelante.
No te quejes, ni te conviertas en víctima. No es saludable.
Si vives peleando todo el tiempo por situaciones pasadas o por cuestiones complejas, o bien si vives quejándote todo el tiempo, jamás encontrarás ese estado de paz interior.
Albergar odio en el corazón, es lo peor que se puede hacer. Pretender dañar a quienes nos han hecho daño, es lo peor que podríamos tramar. Este punto se resume en aprender a perdonar y, poco a poco, dejar ir el rencor, pues en realidad, no nos hace nada bien esto.
No es sencillo, claro está. Toma su tiempo, su proceso, e incluso, puede que necesitemos ayuda de alguien más o de un profesional de la psicología. Pero, más allá de ello, vale la pena hacerlo.
Como podrás haber leído aquí, la paz interior está vinculada con esa sensación de bienestar o equilibrio.
Sé que hoy en día, cuesta un poco hablar de ello, pero hay que hacerlo. No podemos vivir sumergidos en la negatividad. De una u otra forma, hay que afrontar la realidad y buscar progresar. De lo contrario, la vida se nos irá en cosas que no valen la pena… ¿Y tú quieres eso? ¡Yo creo que no!
Sinceramente, no sé qué situación puedas estar pasando o viviendo, pero deseo en el fondo que puedas albergar paz en tu corazón. Así que, lucha por ello. Sigue las recomendaciones que aquí te he dado. Y si deseas que tu vida fluya positivamente, te invito a que lleves a cabo estos decretos de liberación emocional.
Para finalizar, recuerda…
Primero está tu paz interior… Lo demás es lo de menos
Muchos éxitos, mucha prosperidad y un saludo cordial.
Por: Adrian Alberto ∼ reencontrate.guru
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