Cómo perdonar a tus padres y lograr tu paz interior
Quieres perdonar a tus padres abusivos por todos los años de maltrato inconsciente que recibiste de ellos, pero no sabes cómo empezar. Lo principal y lo más importante es que sabes que tienes algo que sanar y estás buscando la forma de hacerlo. Te daré pautas para adentrarte en este reto tan liberador!
El perdón aumenta la autoestima y evita enfermedades causadas por el estrés. Pero debes comprender que para perdonar a nuestros padres, debemos estar conscientes de muchas cosas ocultas.
El perdón, según la psicología, es la voluntad de abandonar el derecho al resentimiento, el juicio negativo y el comportamiento indiferente hacia alguien que nos hirió injustamente, mientras fomenta las cualidades inmerecidas de compasión, generosidad e incluso amor hacia él o ella.
Saber que el acto de perdonar conlleva al alivio del dolor oculto, aumento de la empatía y el descubrimiento de nosotros mismos, es una razón poderosa para intentarlo
Qué es y cómo reconocer a unos padres abusivos:
Existen diferentes y muy variadas formas de abuso de parte de nuestros padres, pero la más común es la psicológica, como la de querer mantenernos sometidos a sus designios, y no permitirnos hacer nuestra vida a nuestra manera, utilizando toda clase de fábricas de “culpa y desmerecimiento”.
Las relaciones naturales entre “padre e hijo” están profundamente arraigadas en nuestras estructuras emocionales y motivacionales. Esto es aún más evidente en el caso de los niños pequeños, que dependen totalmente de sus padres para su seguridad y sustento. El instinto de conectar con nuestros padres es, por lo tanto, una parte ineludible de nuestra psique.
Suena altruista el querer ‘fomentar el amor inmerecido’ hacia los padres que repetidamente te lastiman, y puede resultar difícil, particularmente si tu concepción del amor implica pasar tiempo en su compañía. Hacerlo podría ser peligroso si te exponen a más abusos.
Incluso si eliges perdonar a tus padres a distancia, es posible perdonar demasiado pronto minimizando su maltrato, especialmente si los traumas de tu infancia no dejaron cicatrices físicas.
Sin embargo, hay una diferencia entre reconstruir una relación mutuamente respetuosa y simplemente adormecer el dolor de tu pasado ocultándolo de ti mismo.
El verdadero perdón a menudo requiere mucho trabajo emocional. Es fácil caer en la trampa de suprimir los sentimientos negativos sanos porque el hecho de experimentar ira hacia tus padres se asume como un “sacrilegio”.
Debes darte cuenta de que reprimir tus verdaderas emociones obstaculiza, en lugar de ayudar, tu proceso de curación a largo plazo. Tienes que reconocer tu dolor antes de dejarlo de lado.
Cuándo buscar el perdón hacia nuestros padres abusivos:
En las relaciones entre padres e hijos, nuestra capacidad de determinar cuándo debemos perdonar y buscar una conexión y cuándo debemos mantener la distancia de protección necesaria, puede nublarse.
Aquí hay seis preguntas que te ayudarán a determinar si tu decisión de perdonar a tus padres viene desde una perspectiva para facilitar la sanación, o si estás urgido a hacerlo debido a un sentido de obligación y culpa.
1. ¿Te has permitido sentir emociones negativas hacia tus padres?
Esa voz en tu cabeza que te dice que eres egocéntrico y desconsiderado si tan solo piensas en alejarte y abandonar a esas personas que te criaron y dieron su vida por ti… aunque sean la razón del desastre de vida que llevas.
Debido a su dependencia, los niños pequeños necesitan de sus cuidadores para sobrevivir, ellos tienen la necesidad de reverenciar a sus padres, no importa cuán dañinos sea su comportamiento.
Por esto, muchos de los sentimientos negativos que un niño maltratado tiene hacia sus padres son a menudo profundamente reprimidos. Cuando estas emociones permanecen reprimidas e invalidadas, hasta pueden convertirse en culpa propia. Incluso después de llegar a la edad adulta, muchos continúan con los patrones establecidos desde hace mucho tiempo, de inhibir incluso la ira justificada hacia las personas que alguna vez fueron sus principales cuidadores.
2. ¿Reconoces que tus sentimientos son importantes?
Los padres que enfocan sus energías en su propia supervivencia física y emocional envían un mensaje muy poderoso a sus hijos: “Tus sentimientos no son importantes. Soy el único que cuenta”. Ejemplos como ” Si actúas de tal o cual manera, serás el causante de mi desgracia”. “Aqui se hace lo que yo diga y punto”, etc… son síntomas inequívocos de que algo anda mal en tu entorno familiar.
Los niños casi siempre concluyen que si algo negativo sucede dentro de la familia, es su culpa. Lo cierto es que ignorar constantemente tus emociones para aplacar a otras personas, y más si son tus padres, es inevitable que afecte fuertemente tu bienestar mental.
Una reacción emocional y motora insuficiente ante un evento traumático, provoca que las emociones se “atasquen” dentro de uno… Estas emociones estranguladas más tarde van a intentar liberar su energía manifestándose en síntomas neuróticos o enfermedades. Por eso es tan importante reconocer tus sentimientos y sobre todo aceptarlos, abrazarlos y buscar la manera correcta de liberarlos.
3. ¿Tienes expectativas realistas sobre cómo te sentirás después de perdonar?
Evitar el conflicto y dejar el pasado en el pasado por no querer enfrentarte con la oscuridad de tu propio resentimiento, no es una muestra de “perdón”. En otras palabras, Si estás usando el perdón para evitar los sentimientos profundamente enterrados y difíciles, que son el legado del abuso infantil, puede resultar contraproducente a largo plazo.
Apresurarse a perdonar para evitar gran parte del doloroso trabajo de la terapia, es un error. Creer que perdonando puedes encontrar un atajo para sentirte mejor, hará que termines hundiéndote aún más en la depresión o la ansiedad.
A veces, reconocer y procesar el profundo grado en que tus padres te traicionaron, es una verdad es demasiado angustiosa para confrontarla. Por ello es necesario dar ese paso terapéutico en el que se reconoce honestamente tu sentir profundo, para sacarlo y transmutarlo.
4. ¿Te has permitido el tiempo y la distancia para perdonar de verdad?
Apurarse a perdonar y mantener el contacto con tus padres abusivos puede ralentizar tu sanación emocional. Cuando has sido herido emocionalmente por una vivencia dolorosa, necesitas enfrentarte a tu pasado y hablar sobre él, lo que implica dejar de lado los vínculos contraproducentes con tu familia por un buen tiempo.
Al ser los agresores tus propios padres, te sientes con la obligación de “perdonar rápido”, lo cual incluye seguir viendolos y compartiendo con ellos. Pero la realidad es que si quieres sanar desde lo más profundo, te debes conceder un “período de gracia” (de 6 meses a un año) durante el cual debes seguir una terapia sin la presión familiar ni la culpa detrás de ti.
Necesitas enfadarte por lo que te pasó, y liberar todo el dolor.
5. ¿Están tus padres preparados para hacer un esfuerzo por cambiar?
El perdón es apropiado sólo cuando los padres hacen algo para ganarlo. Los padres tóxicos, especialmente los más abusivos, deben y necesitan reconocer lo que pasó, tomar responsabilidad y mostrar voluntad de enmendarse. Si absuelves unilateralmente a los padres que siguen tratándote mal, que niegan gran parte de tu realidad y tus sentimientos, y que continúan proyectando la culpa sobre ti, puedes obstaculizar seriamente el trabajo emocional que necesitas hacer.
6. ¿Has entendido que el abuso no es culpa tuya?
Absolver a alguien de su legítima responsabilidad de una forma inadecuada, a menudo lleva a una vida de adultos llena de culpa. De tí depende liberarte de ese sentimiento y comprender que no tuviste responsabilidad de los actos de tus padres abusivos. Pero lo bueno de todo es que ahora si eres cien por ciento responsable de ti mismo y de tu propia sanación!
El perdón, aunque puede traer sanidad, tiene su propio tiempo. Debe ser deseado e invitado, pero nunca obligado. Cualquier temor y rabia debe ser honrado y permitido, mientras esté presente. El corazón sabe cuándo está listo para perdonar.
Por: Loubna Hatem ∼ Reencontrate.guru
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