La gran maestra en metafísica Conny Méndez, ha dejado un grandioso legado, donde hace hincapié en el valor y la importancia que merece “la palabra”, a través de un poderoso decreto metafísico.
El verbo o la palabra siempre ha existido, desde que el ser humano fue creado y comenzó a tener la necesidad de comunicarse con otros.
La importancia de la palabra muchas veces es menospreciada, ya que nos han enseñado a quejarnos y a utilizar nuestro habla de una manera inconsciente y destructiva. ¡No tienes idea del poder que tiene cada palabra que pronuncias!
Conny Méndez nos ha dejado como enseñanza unos ejercicios muy simples de hacer, a través de los cuales aprendemos a pedir a la divinidad de la forma correcta, a través del merecimiento y sin afectar a nadie con lo que queremos.
Igualmente, todo aquello que pidamos bueno para nosotros, debemos pedirlo también para todo la humanidad, porque al final somos uno.
Yo,(nombre), deseo (……) en armonía para todo el mundo y bajo la voluntad divina, de forma perfecta y completa. ¡Gracias, padre, que ya me has oído!
Cada palabra que pronunciamos es el pensamiento hablado, y se manifiesta como un decreto que se expande hacia el exterior.
La metafísica nos ha sido mostrada desde los tiempos ancestrales, pero la raza humana aún no estaba lo suficientemente preparada para entender sus mensajes.
El Maestro Jesús, siempre decía “el que tenga oídos, que oiga” refiriéndose a los que poseían mayor discernimiento y capacidad de ver más allá de lo que el sistema de creencias le permitía.
“No es lo que entra por la boca lo que contamina al ser humano, sino lo que de su boca sale, porque es lo que de su corazón procede”
Recuerda siempre, que cada palabra que pronuncias es un decreto. Sea positivo o negativo, se va a manifestar en ti. Si te ha ido mal en la vida o en ciertas circunstancias, ¡debes saber que tu mismo lo atrajiste con tu forma de pensar, actuar o decretar!
A veces no estamos 100% conscientes de lo que hablamos o como actuamos, así que nos toca hacer un ejercicio de introspección y sincerarnos con nosotros mismos…
Asumiendo nuestra plena responsabilidad en cuanto a nuestros pensamientos, acciones y conceptos errados que tenemos arraigados (sinceramente y sin mentirnos), nos daremos cuenta de que realmente hemos atraído eso que nos está ocurriendo.
Desde que nacemos nos enseñan a temer, tener miedo, anticipar cosas malas que nos pueden suceder si actuamos mal, pero no nos enseñan a anticipar las cosas buenas a través del amor, de la fe, y del bienestar. Por eso, debemos dejar atrás la viejas creencias y transformarnos a través de la renovación de nuestra mente, y su conexión con nuestros ser.
Mantenerte en constante alerta te ayuda a detectar cada vez que te encuentres diciendo una palabra o frase negativa, y sabrás qué clase de concepto errado tienes arraigado en el subconsciente…. ¡Reviértelo inmediatamente con pensamientos de amor y bondad!
Dios es AMOR en todas sus manifestaciones. ¡No hay nada que temer!
Al poco tiempo se te hará cada vez más fácil vivir a través del pensamiento positivo y que tu vida va cambiando para mejor.
Nuestro padre celestial, Universo, Dios, o como quieras llamarle a esa fuerza superior, es infinitamente abundante, y desea que pidas de acuerdo a lo que eres, en abundancia para ti y para todos!
Comienza tu lista de peticiones con la siguiente frase:
“Padre, dame a mí y a toda la humanidad, todas las maravillas de tu reino”
Ahora, escribe la lista de todo lo que deseas detalladamente, y sin límites. Enumera una a una las cosas o situaciones que deseas, pero asegúrate de que nada de eso va a dañar a terceros. Lee tu lista todas las noches y mañanas, con absoluta fe de que ya está hecho.
Da las gracias, y ve tachando lo que se vaya manifestando. Vuelve a dar las gracias, es muy importante ser agradecido. No vayas a ser tan mal agradecido para pensar: “Tal vez se me iban a dar de todas formas”, porque es falso. Se te dieron porque las pediste correctamente. ¡Lo exterior se acomodó para hacer que se manifiesten!.
Te recomiendo que hagas otra lista donde escribas todo aquello negativo que veas desaparecer de tu vida o de ti mismo, a medida que vas creciendo espiritualmente.
Constata así tu avance con tu nueva manera de pensar, hablar y actuar!
Lo mejor es no divulgar ésta verdad que estás aprendiendo, no porque haya que ocultarlo, sino porque existe una máxima ocultista que dice: ” Cuando el discípulo está listo, aparece el maestro”.
Estar pregonando por ahí lo que haces sólo causará desánimo en ti, ya que muchas personas incrédulas te querrán “bajar de esa nube” y bajar tu energía y vibración positiva.
Puedes hacer mención del tema y dejarlo al aire. El que quiera captar y se interese en el tema, le llegará el maestro adecuado, pero no digas lo que haces. Al menos hasta el momento en que veas manifestada tu lista y tengas las pruebas necesarias para mantener tu fe intacta y ser inspiración para los demás.
¡Gracias, Gracias, Gracias!
Por: Loubna Hatem ∼ Reencontrate.guru
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