¿Y tú, qué tuviste que afrontar para darte cuenta de qué tan valiente eres?

¿Y tú, qué tuviste que afrontar para darte cuenta de qué tan valiente eres?
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Eres valiente por naturaleza… La vida parece jugarnos unas cartas, que si nos las hubiésemos podido imaginar, de seguro nos dábamos por perdidos. Pero resulta que estando allí en plena partida tuvimos que hacerle frente y desarrollamos una estrategia de juego que nos hizo salir victoriosos de la mesa.

Es en esas situaciones complicadas, a las que quizás no le vemos una salida, en donde podemos ver las dimensiones que somos capaces de alcanzar. No es que vamos a buscar enfrentarnos a situaciones gigantes, a meternos en problemas de manera voluntaria, para ver hasta dónde somos capaces de llegar. Pero bien que podemos estar tranquilos, porque sea cual sea la situación que se presente la vamos a poder enfrentar, contra todo pronóstico.

Busca el propósito

Las experiencias de la vida no nos ocurren para preguntarnos por qué a mí, sino para determinar el para qué o qué provecho podemos sacar de esa situación. Buscar cómo podemos salir fortalecidos. Aprender más, dar más en una situación complicada, es lo que nos hace pasarnos es interruptor que nos aligera el camino y nos permite superar cada obstáculo.

Podemos tener esa actitud de víctima al principio, vernos sumergidos en algo que no tenemos ni idea de cómo manejar y con la sensación de que vamos en picada hacia algo que no queremos vivir. El miedo va a estar presente y nuestra mente inquieta va a hacernos sentir de cara al fin.

Mientras más pronto veamos nuestra grandeza, más pronto superaremos cualquier situación de conflicto que se hay presentado en nuestras vidas. Hay cosas que atraemos sin mayor explicación, porque las teníamos que vivir, porque de alguna manera era necesario llevarnos esa experiencia. Sin embargo, conviene entender que siempre podemos cambiar el libreto y dentro de las infinitas posibilidades que tenemos disponibles a cada paso, está el enriquecernos y disfrutar cada experiencia.

Situaciones complicadas

valiente

¿Cómo puedo disfrutar de una enfermedad? ¿Se puede disfrutar de una separación? ¿Cómo puedo disfrutar la pérdida de un hijo? Todo depende de cómo enfoquemos las cosas. Una enfermedad es una oportunidad de oro para cambiar el enfoque que tenemos de la vida, es un momento de dedicarnos amor, de perdonar, de soltar todo lo que se ha albergado en nosotros y se convertido en enfermedad… Claro que podemos disfrutar de nuestra toma de consciencia, de nuestra transformación, del amor que podemos recibir, en especial de nosotros mismos.

Una separación, por dolorosa que resulte es el cierre de un capítulo y el inicio de uno nuevo, es como salir de una ciudad, para conocer otra, quizás no queríamos hacerlo, pero si abrimos los ojos, veremos cosas maravillosas. Adicionalmente cada persona nos enseña algo. Cada persona que se nos acerca es un maestro y sacar el mayor aprendizaje de una relación, el vernos reflejados en el otro, el tener esa oportunidad para crecer, es sin duda un motivo para disfrutar… Cada sonrisa, cada experiencia agradable, cada caricia, cada momento de intimidad, nos hizo sentir vivos, conectarnos con el amor… ¿podemos o no podemos reconocer eso  y disfrutar de un proceso tan dinámico como la vida misma?

L a pérdida de un hijo… de cualquier ser amado… requiere reconocernos como seres de luz, como almas con propósito, entender que nadie muere realmente, que todos nos quedamos con algo de quienes amamos y lo llevamos para todas partes en cualquier plano. Esa persona que partió nos dio la oportunidad de conocernos a nosotros a través de ese amor. Nos permitió experimentar ese rol, nos llenó de sonrisas y nos amplió el corazón…

No es sencillo aceptar la partida. Pero cuando nos vemos como seres eternos y sentimos que esas almas siempre, durante la eternidad serán parte de nosotros y que de seguro nos volveremos a tropezar en otras experiencias, se nos hace viable el disfrutar del amor que quedó, de los recuerdos, de las risas, de las aventuras.

Recuerda quién eres

La vida es bellísima, pero tendemos a desvirtuarla mal enfocándonos, integrando lo que nos ocurre de una manera que solo nos puede generar sufrimiento… Las grandes sacudidas se pueden presentar en cualquier momento. Pero no son para desequilibrarnos, ni para sacarnos de juego. Son para mostrarnos todas las caras del mismo sólido, no hay caras buenas o malas. Solo hay enfoques que nos permiten apreciar las cosas de maneras diferentes.

Cada vez que estés molesto, triste, descorazonado, recuerda quién eres, qué eres. Eres un ser espiritual viviendo esta experiencia terrenal. Eres capaz de superar cualquier cosa que se te presenta. Nunca vas a enfrentarte a nada que no puedas manejar, incluso cuando tu intelecto no entiende que ciertas  respuestas, también son parte de un manejo de la situación, solo que quizás no sea lo que tú quieres como resultado.

Vive, disfruta, recata de cada experiencia lo mejor. Allí es donde le ponemos color a la vida y logramos entender los capítulos del libro que a diario escribimos.

Por: Sara Espejo – Reenocntrate.guru


Sara Espejo