Psicología

Tu verdadero poder reside en tu habilidad de ser vulnerable

¿Tienes miedo de ser vulnerable ? Si es así, créeme que no estás solo.

Se nos enseña a creer que la vulnerabilidad es debilidad, que ser sensibles nos hace parecer tontos. Tememos que si nos mostramos vulnerables con otras personas, nos va a lastimar.

Lo cierto es que debemos aprender a mirar a “la vulnerabilidad” de una manera muy diferente. Pero primero debemos entender el por qué generalmente evitamos ser tan sensibles.

Cómo y porqué evitas ser vulnerable?

La vulnerabilidad es nuestra voluntad de exponer lo que somos, nuestra verdadera identidad, de frente y sin máscaras. Esto puede ser muy difícil, porque la verdad puede parecer aterradora y vergonzosa. Por eso hacemos todo lo posible para no parecer vulnerables, usando máscaras y muros.

Intentamos evitar la vulnerabilidad por muchas razones, pero la más común es por el miedo al juicio.

En muchos casos, el juicio de los demás ha generado nuestro mayor mecanismo de defensa. Lo hemos visto como una razón válida para defendernos y escondernos detrás de una máscara. Tememos que si bajamos la guardia y actuamos con compasión, bondad, empatía y amor, nos van a juzgar y se van a aprovechar de nosotros, así que ya no estaremos tan “seguros”.

Esto es totalmente comprensible, dados los traumas que hemos experimentado en el pasado, nuestra crianza,  y todo lo que hemos escuchado a través de experiencias ajenas. Hemos construido un muro contra la presencia del amor, e irónicamente, hemos llegado a depender del juicio como nuestro protector.

Nuestro juicio sobre los demás nos ha protegido de enfrentar nuestras propias heridas. Pero también nos ha impedido curarnos y crecer. Nuestra falta de voluntad para afrontar la incomodidad con autocompasión, nos impide experimentar milagros.

Preferimos confiar en el juicio para evitar la vergüenza

Detrás del muro del juicio, se encuentran nuestros sentimientos más profundos de “ser insuficiente”. Cuando nos sentimos separados de los demás, se desencadena nuestra vergüenza. Nos sentimos solos, no lo suficientemente buenos e indignos de amor y conexión.

La vergüenza es la emoción más difícil de aceptar y haremos cualquier cosa para evitar sentirla. La resistimos proyectándola en otros a través del juicio, y luego llegamos a confiar en el juicio como una forma de encontrar alivio a nuestras heridas.

Pero cuando reprimimos nuestra vergüenza y nos negamos a ser vulnerables, nos sentimos desconectados de los demás y desalineados con nuestra verdad.

Negarnos a ser vulnerables puede hacernos sentir increíblemente solos, incluso cuando estamos rodeados de familiares y amigos. Cuando no nos permitimos ser vulnerables, podemos llegar a sentir que vamos “actuando” por el mundo, sin ser realmente quienes SOMOS.

Nuestro verdadero poder radica en nuestra voluntad de ser vulnerables

Se necesita mucha valentía para mostrar nuestra vulnerabilidad ante el mundo. Dejar ese esfuerzo tonto de ocultarla, ya que ella es quien realmente nos va a sanar.

Cuando nos sentimos lo suficientemente seguros para exponer nuestras sombras, es cuando nos volvemos libres. Ya no tenemos que proteger nuestras sombras. Podemos empezar a desmantelar el muro que nos separa del amor real, auténtico e intrépido.

La vulnerabilidad es un regalo que les damos a los demás porque les permite vernos como somos en realidad. Nos permite ser auténticos y veraces, lo que a su vez nos permite crear conexiones genuinas y profundizar nuestras relaciones .

Todas las relaciones se benefician de nuestra disposición a ser vulnerables. Cuando exponemos nuestra verdad, damos permiso a otros para que hagan lo mismo. En momentos de expresión auténtica, liberamos todas las pretensiones que hemos construido y dejamos que la gente sepa quiénes somos realmente.

Ser vulnerables nos permite mostrarnos más plenamente al mundo. Tu auténtica verdad es tu magnificencia. Tu voluntad de dejar que el mundo te vea de verdad es tu mayor contribución. Cuando todos seamos vulnerables, ¡el mundo sanará!

La vulnerabilidad es nuestra mayor fortaleza:

La vulnerabilidad es la piedra angular de la confianza. Esto no podría ser más cierto. Cuando somos sensibles, somos reales. Verás lo fuerte que eres en realidad y te mantendrás firme en tu auténtica verdad.

La vulnerabilidad es increíblemente poderosa. Crea una conexión genuina. No hay nada más sexy que tu auténtica verdad. Cuando bajas la guardia y estás dispuesto a ser vulnerable, invitas a otros a hacer lo mismo. Fortaleces tus relaciones, les haces saber a los demás que es seguro ser honesto contigo. ¡Te conviertes en un mensajero de la luz!

Cómo ser realmente vulnerable:

El momento en que somos vulnerables es el momento en que nos sentimos libres. Ser vulnerables nos permite dejar ir cualquier persona falsa que hemos estado proyectando. En cambio, podemos entrar en nuestra verdad.

Entonces, ¿Cómo logras ser realmente vulnerable?

La vulnerabilidad es una práctica.

Cuanto más te permitas ser vulnerable, más fácil se vuelve para ti. La vulnerabilidad se siente bien porque estás honrando tus emociones y expresándolas con honestidad. ¡Cuánto más lo practiques, mejor te sentirás!

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Ser genuino puede resultar incómodo al principio. Eso está bien. Tenemos que estar agradecidos por nuestras circunstancias más incómodas porque esas son las circunstancias que nos muestran lo que necesitamos para sanar .

No estamos aquí para caminar siendo seres perfectos e iluminados. Estamos aquí en un viaje de desaprender el miedo y recordar el amor. Un día a la vez nos presentamos con la intención de rendirnos y cada día rendirnos un poco más.

La forma más poderosa en la que puedes comenzar a aceptar tu vulnerabilidad es sanando tu miedo.

El primer paso para sanar nuestra vergüenza y bajar la guardia es aceptar que no somos víctimas del mundo que vemos. Es por eso que el proceso de desintoxicación del juicio comienza con “observar tu juicio y honrar tus heridas”.

Esto soy, a esto vine. La vergüenza se enfrenta de frente y puede conducir a lugares maravillosos.

Estos dos pasos te brindan claridad y un alivio realmente muy profundo.

Permite que otros sean vulnerables como tú

Otra ventaja de practicar el ser vulnerable es permitir que otros a tu alrededor también saquen su lado sensible. Cuando otros nos expresan vulnerabilidad, nuestro trabajo es ser amables y compasivos. Se necesita mucha valentía para exponer tu vergüenza y ser honesto acerca de tus sentimientos.

Por lo tanto, debemos procurar mantener a los demás dentro de su vulnerabilidad y agradecerles por ser reales. La incomodidad temporal que podamos sentir se ve superada por esas relaciones más fuertes, profundas y auténticas que construiremos.

Loubna Hatem

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