No luches por cambiar a quien no quiere cambiar. Mejor cambia tú. Mejor Libérate tú…
No sé si te habrá pasado, o te pasa, que hay personas con las que te cuesta llevar la fiesta en paz: te molestan ciertas cosas de su comportamiento; no concuerdas con sus ideales o creencias; o te parece que su actitud es inapropiada o negativa, y te hacen difícil la convivencia.
De una u otra forma quieres hacerlas cambiar, pues consideras que si siguen comportándose así, no les va a ir bien en la vida, todo les va a costar, poco a poco te van a perder, etc, etc, etc.
Ya te digo que esto no es nuevo. Esto ocurre en muchas relaciones familiares y también en relaciones de pareja. Pero… ¿Qué podemos hacer en estos casos?
¿En serio hay que luchar por cambiar la actitud de aquellos que ni siquiera quieren cambiar porque se sienten cómodos siendo así? ¿Vale la pena gastar energía en esas personas?
Hablemos de ello a continuación…
¿Gastas energía intentado cambiar a quien no quiere cambiar?
Pues basta… La verdad, es perder tiempo. Por más que se lea duro y directo.
Lo digo, una parte, por experiencia. Otra parte, porque está demostrado que hay conductas que no se pueden cambiar, a menos que la otra persona diga “¡Bueno!, esta conducta mía está causando problemas al resto… voy a tratar de cambiarla”… y exista un compromiso de parte de ella. Pero, no en todos los casos suele ocurrir así.
Y cuando no ocurre así, es cuando debemos darle espacio a esa persona. Respetarla. Que siga siendo como le gusta ser. Pero eso sí, evitando que eso nos afecte directamente. Es decir, evitando que ello afecte nuestro bienestar mental, físico y emocional. Porque así cómo esa persona no se siente afectada siendo como es, nosotros tampoco deberíamos sentirnos afectados.
¿A qué me refiero con todo esto?
Pues bien, te pongo ejemplos…
- A ti no te gusta comer comida chatarra, pero a tu esposo/a sí.
- Tú tienes en mente que la comida chatarra es mala para la salud, por eso no la comes. Sin embargo, tu esposo/a sí la come, y le importa poco si es dañina o no.
- Tú en el fondo quisieras que él/ella cambie y deje de comer comida chatarra. Pero él/ella no tiene el más mínimo deseo en dejar de hacerlo.
¿Qué crees es más conveniente aquí? ¿Intentar hacer cambiar a tu esposo/a, quizás valiéndote de reclamos, diciéndole cada día que ese tipo de comida que come es mala y agobiándote por ello? ¿O simplemente dejar que siga comiendo ese tipo de comida, eso sí, respetando que tú no quieras consumirla?… Creo que la segunda opción es la más factible
Pues bien, el ejemplo de la comida chatarra se puede extrapolar con muchas otras situaciones: creencias, formas de vestir, formas de pensar, gustos personales, etc, etc, etc.
Parece mentira, pero hay gente que no está de acuerdo con lo que otros piensan, experimentan o viven, y quieren hacerlos cambiar a toda costa, pues sienten les afecta. Cuando lo más recomendable es cambiar uno mismo, o simplemente alejarse en caso de que ello nos afecte directamente.
Cambia tú. Libérate tú…
Y ojo aquí, porque “cambiar tú” NO quiere decir: “sino puedes con el enemigo, únetele”. Es simplemente que te comprometas a llevar la fiesta en paz. A comprender que, si esa persona no quiere cambiar su actitud, pues la dejas que siga con su vida normal, te alejas tú, o bien tú mismo tratas de buscar tu propia paz mental.
Recuerda que cada quien tiene que vivir sus propias experiencias.
No puedes vivir en conflicto contigo mismo, pretendiendo que el otro va a cambiar y viendo cómo no lo hace.
No puedes vivir en conflicto tú, por ejemplo, viendo que tu pareja es infiel y no hace nada por querer dejar de serlo. En este caso, alejarte es lo mejor.
No puedes vivir en conflicto tú, por ejemplo, viendo cómo uno de tus seres queridos “vive ciego y no ve la realidad de las cosas, así cómo tú la ves”. En este caso, comprender que cada quien tiene el derecho de ver las cosas de un modo distinto, y que hay que respetar eso, siempre y cuando no nos afecte directamente, es lo mejor.
Esa es la reflexión que quiero dejarte el día de hoy…
No luches por cambiar a quien no quiere cambiar. Mejor cambia tú. Mejor Libérate tú. Sigue adelante tú. Priorízate tú.
Hasta aquí este post. Por ahora, me despido no sin antes recordarte que aquí, en reencontrate.guru, cuentas con diversos talleres y cursos orientados a tu crecimiento personal, mental y espiritual. No dudes en suscribirte a ellos y sácales el mayor provecho posible.
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Sin más que agregar, un saludito.
¡Nos vemos!
Por: Adrian Alberto ∼ reencontrate.guru