Si quieres sanarte, toma distancia del problema
Muchas veces estamos tan sumergidos en alguna situación que le hemos dado el nombre de PROBLEMA, que no nos damos cuenta de cuáles son nuestras alternativas. Ocurre como cuando queremos leer algo, pero lo colocamos exageradamente cerca de nuestros ojos y se nos hace imposible enfocar y darle sentido a lo que vemos.
Cuando alguna situación nos está afectando de forma negativa, tenemos que aprender a tomar distancia. Esta distancia podemos interpretarla de muchas formas, pero la verdad es que cualquier distancia que tomemos será beneficiosa.
Distancia física:
Podemos tomar distancia física alejándonos de lo que nos está perturbando, reservando un tiempo para nosotros solos, lejos del foco de conflicto. Quizás podemos evitar encuentros con alguien involucrado con el problema. Podemos tomarnos unos días de retiro y apartarnos del núcleo del asunto.
Distancia emocional:
También podemos tomar distancia emocional, ésta sin duda da los mejores resultados y resulta de ser capaces de alejar de la mente aquello que nos está afectando de forma negativa. Para ello podemos recurrir a diversos recursos:
Alejar los pensamientos asociados al conflicto:
Cada vez que venga un pensamiento asociado al problema, lo dejaremos pasar, sin darle mucha vuelta, sin engancharnos. Si se nos complica, podemos utilizar un mantra cada vez que venga un pensamiento de ello a nuestra mente. Por ejemplo, podemos utilizar la siguiente frase en sustitución del pensamiento en cuestión:
Todo se está resolviendo para mi mayor bien.
Y lo repetimos cada vez que se aparezca alguna idea que nos conecte con el problema. La frase dada como ejemplo es muy poderosa, porque no solo cumple la función de alejarnos del conflicto, sino que inconscientemente estamos permitiendo que las cosas retornen a su armonía natural. Pero en general pueden usar cualquier mantra o frase que los conecte con el bienestar.
Meditar:
El dedicarnos diez minutos al día a meditar, nos otorga control sobre nuestra mente y el flujo de pensamientos, pero debemos ver la meditación como un entrenamiento que requiere constancia para que sea efectivo. Así como cuando vamos a un gimnasio, que lastimosamente los beneficios más notorios no aparecen de la noche a la mañana.
Hacer cosas que nos gusten:
Invertir nuestro tiempo en lo que nos gusta hacer, nos permite mantenernos alejados emocionalmente de lo que nos inquieta. Debemos hacer lo posible por mantenernos en el aquí y en el ahora, sin permitirle a la mente invadirnos con pensamientos relacionados con el problema del cual queremos tomar distancia.
Visualizarnos cómo queremos estar:
Dedicar unos minutos a sentir y a imaginar que las cosas ya están como queremos que estén, nos permite sintonizar con la frecuencia que nos conviene hacer que prevalezca, atrayendo a través de nuestra vibración una realidad con el conflicto resuelto.
Éstas son solo unas maneras de mantener nuestra mente alejadas del conflicto y es la manera más sencilla en la que podemos iniciar un proceso de sanación y creación de una nueva realidad. Recordemos que aquello que resistimos, persiste, aquello que tememos, lo atraemos, aquello que negamos, se hace presente y a lo que le brindemos nuestro enfoque, lo manifestaremos… Es por ello que mientras tengamos el problema de forma constante en nuestra mente, más complicado será que se resuelva o que encontremos mecanismos para sanar en el proceso.
Si nos liberamos a nivel mental del problema, éste no tendrá cabida en nuestras vidas… Así que si buscamos la vía efectiva para sanar, debemos aprender a tomar distancia… Es esa distancia la que abrirá el espacio energético necesario para que el proceso de resolución de conflictos y de sanación tenga lugar en nuestra vida.
Ten presente: Si te afecta, no te quedes allí… y eso va más allá de tu presencia física.
Por: Sara Espejo – Reencontrate.gurú
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