La música relajante es una herramienta poderosa. Quien conoce del poder de los sentidos, sabe que la música juega un papel primordial en nuestras emociones. La meditación se potencia al máximo si sabemos escoger la música adecuada, ya que cada melodía tiene su influencia en ciertas emociones específicas.
Ciertas melodías tienen el poder de activar las conexiones neuronales para el propósito que se desee obtener.
Los científicos probaron cómo la música clásica y los sonidos de la naturaleza afectan los niveles de cortisol y alfa-amilasa. Estos niveles alterados de las personas que escucharon música clásica volvieron a la normalidad más rápidamente en comparación con las personas que escucharon los sonidos de la naturaleza. Esto sugiere que la música relajante ayuda al cuerpo a volver a un estado libre de estrés más rápidamente
“La música apacigua hasta a las fieras… Aplaca el infierno y detiene la furia de las bestias más salvajes”
La música suave tiene un profundo efecto tanto en las emociones como en el cuerpo. Un ritmo musical lento logra calmar tu mente y relajar tus músculos, haciéndote sentir tranquilo, mientras liberas el estrés del día.
La música suave es muy efectiva para la obtener una relajación palpable y el adecuado manejo del estrés y la ansiedad. Algunas melodías son ideales para meditar, otras para obtener concentración, otras para conciliar el sueño, dormir profundamente o para reducir el nivel de estrés diario.
La investigación confirma esta teoría con experiencias personales con música. Los hallazgos actuales indican que la música de alrededor de 60 latidos por minuto puede lograr que el cerebro se sincronice con ese latido, causando ondas cerebrales alfa (frecuencias de 8 a 14 hercios o ciclos por segundo).
Estas ondas cerebrales alfa son las que se encuentran presentes cuando nos encontramos relajados y conscientes. Para lograr inducir el sueño (una onda cerebral delta de 5 hertzios), una persona puede necesitar dedicar hasta 45 minutos, en una posición cómoda, escuchando música relajante.
Investigadores de la Universidad de Stanford han dicho que “escuchar música parece ser capaz de cambiar el funcionamiento del cerebro en la misma medida que la medicación”. Señalaron que la música es algo a lo que casi cualquiera puede acceder y la convierte en una herramienta fácil de obtener, para reducir el estrés y la ansiedad sin necesidad de medicarse.
Las terapias de sonido han sido populares durante mucho tiempo como una forma de relajar y restaurar la salud. Durante siglos, las culturas indígenas han usado la música para mejorar el bienestar y mejorar las condiciones de salud de su tribu.
El estrés aumenta el riesgo de problemas de salud como enfermedades cardíacas, obesidad, depresión, problemas gastrointestinales, asma, etc. En esta era de bombardeos constantes, la ciencia es clara: si quieres que tu mente y tu cuerpo se mantengan sanos, debes priorizar darles un descanso.
La música es una manera fácil de aliviar la presión causada por todos esos “pinks”, “dings”, aplicaciones, etiquetas, mensajes de texto, correos electrónicos, citas, reuniones y entregas, que pueden aumentar fácilmente tu nivel de estrés y dejarte agotado y ansioso.
Lo que está claro es que la música es un ungüento maravilloso. Sabemos lo bien que nos hace sentir la música, por lo tanto, cuando se trata de medicar la ansiedad, podría ser mejor si nos auto-recetamos con música.
La música especialmente diseñada para la meditación, se le denomina “psicoacústica“. Esta influye en la percepción, de modo que el sonido afecta y genera una determinada experiencia. La música para la meditación ha sido compuesta con mucho detalle, buscando adaptarla a las diferentes prácticas relajantes y proporcionar así el mayor nivel sensorial posible.
La música recalibra el cuerpo a un nivel energético mientras elimina los bloqueos e impurezas que pueden comprometer la salud y el bienestar. Los beneficios típicos incluyen:
El sonido binaural, se destaca entre los diferentes tipos de música para meditar. Este sonido hace un trabajo cerebral, desarrollando una frecuencia apta para la relajación.
Esta técnica ha sido desarrollada y profundizada por el biofísico Gerald Oster, el cual ha experimentado con diferentes pacientes, haciendo uso de diferentes tonos y el impacto de éstos en la mente.
Al reproducir un tono en un oído y luego otro tono en el oído contrario, se genera un tercer tono, un sonido al que nombraron “Sonido binaural (frecuencia de 4-8 Hz)”. Este sonido generó relajación profunda en sus pacientes.
Se determinó que con éstos sonidos se consigue una valiosa ayuda para lograr entrar en mayor trance a la hora de meditar, así como un sueño más profundo, y una disminución potencial de la ansiedad.
Si estás comenzando el sendero de la meditación, te recomiendo recurrir a melodías sencillas, como los sonidos de la naturaleza, música ancestral, los cantos gregorianos, música celta, música clásica (Mozart, Bethoven, etc) y los mencionados sonidos binaurales.
La música es primordial para desarrollar las diferentes prácticas de meditación y mindfulness.
En los tiempos modernos tenemos demostraciones de sobra, de la influencia de la música sobre los seres vivos. ¡Escuchar música relajante simplemente hace que se modifique nuestro estado de ánimo!
Está muy claro que la música alegra, calma, relaja y nos hace sentir mucho mas felices!
Por: Loubna Hatem ♥∼ Reencontrate.gurú
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