El perfil del mentiroso se construye.
Una mentira no tendría ningún sentido a menos que sintiéramos la verdad como algo peligroso. – Alfred Adler
Cuando una persona se acostumbra a mentir, cuando utiliza el engaño como recurso indispensable en su comunicación, resulta complicado que coloque su marcha en reversa y decida asumir las consecuencias de las verdades de su vida.
Mentir no solo representa decir algo que sabemos que no es cierto, también una verdad a medias es una mentira. El sustraer información con un propósito determinado es una de las maneras más comunes de engañar. De hecho mientras más parecida a la verdad sea la mentira, menos posibilidades hay de descubrirla.
Un buen mentiroso sabe que la mentira más efectiva es siempre una verdad a la que se le ha sustraído una pieza clave. – Carlos Ruiz Zafón
Muchas personas se sienten amenazadas por lo que puede derivar de una verdad.
Y aun cuando la mayoría de nosotros miente en mayor o menor escala, la mentira nunca es bien vista al estar al descubierto, además de que generalmente una mentira descubierta se trae una cola larga de ellas consigo. Se le suma la decepción y la fractura de la confianza a los efectos que se intentaron evitar diciendo una mentira o disfrazando una verdad.
Ojalá resultara cierto el hecho de que tarde o temprano una mentira se descubre… Lamentablemente esto solo se basa en un universo, estadísticamente hablando, en el que las mentiras efectivamente se descubren. Sin embargo, la realidad es que hay muchas mentiras “exitosas” que jamás llegan a descubrirse.
Los mentirosos de oficio no siempre llevan la batuta en el grupo que se caracteriza por no ser descubierto. Ellos llevan en su perfil características que aun no siendo exclusivas de los mentirosos, la presencia de varias de ellas nos puede hacer sospechar de las palabras pronunciadas por ellos.
Ciertamente estas características no necesariamente están asociadas a un mentiroso, pero cada mentiroso debería tenerlas.
Un mentiroso debe entender que la verdadera amenaza debería ser perder la confianza que alguien depositó en él, que una imagen quebrada es muy difícil de reparar y que la mayoría de las veces el descubrir una mentira puede resultar más doloroso que cualquier verdad.
Hay mentiras piadosas, cada uno las tratará de acuerdo a su criterio y la necesidad a cubrir. Pero en reglas generales la verdad debe reinar en las relaciones. La transparencia y la honestidad son valores que deben respaldar nuestras palabras y el tener a alguien cerca cuya conducta escogida sea la que se deriva del engaño, siempre terminará por lastimar.
Así que más allá de lo que nos gustaría ver y escuchar, se encuentra lo que conforma la realidad, la verdad y quien se mantenga habitualmente colocarnos al margen de la misma, merece sin duda resultar descubierto.
Por: Sara Espejo – Reencontrate.com
No hay nada tan singular como las relaciones de pareja. Cada una es un mundo…
Aliviar los síntomas de la ansiedad con una oración es posible, y precisamente es lo…
Existen dos tendencias innatas o naturales en cada persona a la hora de relacionarse con…
Como hemos visto anteriormente aquí, el amor propio tiene que ver con cuánto se valora…
Es hora de que dejes de perseguir a ese hombre... ¿Por qué lo haces realmente?…
Para mejorar tu vida no existe una receta única. De hecho, hay muchas maneras para…