Como liberarnos del sentimiento de culpa

Como liberarnos del sentimiento de culpa
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Cuando el sentimiento de culpa y arrepentimiento se apodera de nosotros, es probable que llegue a manifestarse de muchas formas negativas, afectando nuestros pensamientos y actitudes ante la vida, incluso mediante señales de enfermedades físicas. ¿ Alguna vez te has arrepentido de haber dicho o hecho algo? ¿O tal vez de NO haber dicho o hecho algo? El sentimiento de culpa no resuelto puede llevar a una persona al bloqueo y encierro en sí misma.

El sentimiento de culpa es la consecuencia de un juicio sobre nuestra conducta, realizado por nuestra propia “conciencia moral” dictaminando que hemos “cometido un error” y por lo tanto deberíamos tener un “castigo”.

Este juicio, donde el juez somos nosotros mismos,  puede ser contra acciones, actitudes o incluso contra nuestros mismos pensamientos, basándonos en un conjunto de normas y valores de lo que “está bien” y lo que “está mal” según nuestra estructura moral constituida desde la infancia.

El sentimiento de culpa es una emoción dañina y paralizante

El sentimiento de culpa casi siempre viene acompañado de emociones  como frustración, angustia,  impotencia, tristeza o remordimiento. De hecho, no solo aflora por algo que sucedió en el pasado, también puede basarse en algo que no estamos haciendo en el presente o algo que sabemos que vamos o no vamos a hacer en el futuro.

La culpa es uno de los sentimientos más dañinos entre los múltiples sentimientos que experimenta el ser humano. Se convierte en una sombra que puede empañar de pesar la felicidad del presente y el futuro.  La culpa y el arrepentimiento surgen cuando se produce un desencuentro entre el ideal que tenemos de cómo debe ser nuestro comportamiento y la realidad vivida.

sentimiento de culpa

Es en realidad un sentimiento del ego, y puede llegar a dominarnos de tal forma que condiciona nuestra forma de actuar, de hablar, pensar y sentir.

El sentimiento de culpa surge por el modo en el que nos juzgamos

Todos los seres humanos hemos pasado por situaciones que nos han hecho sentir culpa y arrepentimiento, el problema comienza cuando este sentimiento se sale de nuestro control, llega para instalarse y le permitimos que cobre fuerza desproporcionada, convirtiéndonos a la vez en la víctima y el verdugo de nosotros mismos.

¿ Censura o Autocastigo ?

Wayne Dyer explica que cuando rompemos con los esquemas establecidos de conducta y pensamiento, puede surgir “el verdugo que todos llevamos por dentro” dando paso a autoreproches, críticas y autocastigos.

Un sentimiento de culpa mal llevado comenzará a castigar nuestro cuerpo incluso mediante síntomas físicos como dolores de estómago, sensación de presión en el pecho, nerviosismo, agresividad, dolores de cabeza y espalda, entre otros. De esta  forma, el individuo suele esperar un perdón que viene de los demás y no del verdadero verdugo que esta dentro de sí mismo.

Como liberarnos del yugo de la culpa y el arrepentimiento.

No debemos nunca permitir que la culpa y el arrepentimiento nos ganen la batalla. Es necesario tomar acciones para evitar que ese sentimiento se torne cada vez más dañino y tome el control.

Debemos comprender que es uno más entre los múltiples sentimientos que, como seres humanos nos ha tocado vivir y experimentar en las diferentes situaciones de vida, por lo tanto, enfrentarlo y sanarlo es posible a través de la observación y aplicación de estas recomendaciones que nos ayudarán a entrenar nuestros pensamientos, emociones y actitud ante la vida.

la culpa

Adaptar las creencias asociadas al sentimiento de culpa a su realidad, eliminando pensamientos intrusivos y rumiativos que únicamente favorecen el mantenimiento del sufrimiento de la persona.

Evitar ser extremistas.

En primer lugar debemos evitar ser extremistas en nuestra forma de vernos y de ver la vida. Las cosas jamás son blancas o negras, existe una gama de diversos matices intermedios en los que se mueve nuestro universo interior, nuestros pensamientos, sentimientos y acciones.

Las situaciones no siempre tienen que ser malas o buenas, existe la posibilidad que tengan parte de las dos en diferentes porcentajes. Debemos aprender a darle cabida a los términos medios y aceptar que como seres humanos en evolución tenemos aciertos, pero que también cometemos errores.

No magnificar los errores

Para afrontar la culpa debemos aceptar su existencia pero sin intensificarla. Tratemos de darles su justo valor, de esta forma será más fácil ver la lección que la vida nos pone para aprender de todo lo sucedido. Analizar desde un punto de vista neutro y algo frío lo que ha sucedido, ayuda a entender las razones que nos llevaron a cometer el error y trabajar el las causas en vez de quedarnos atados a la culpa  y el arrepentimiento como punto único.

Alejarnos de la rigidez.

Aprende a ser mentalmente más flexible, estar dispuestos siempre al cambio nos da una fortaleza interna increíble. Esto conlleva a alejarnos de grupos, ideologías o religiones que se mantengan sobre sistemas de normas muy rígidas o muy estrictas basadas en el deber ser.

Este tipo de ideologías no coincide con el propósito de la vida que es el de evolucionar a través de nuestras propias experiencias.

 Evitemos ser perfeccionistas.

Todo en la vida tiene su lado positivo y su lado negativo, incluso nosotros mismos. Nadie es perfecto, por lo tanto tu tampoco lo eres. Auto-castigarnos y auto-flagelarnos cada vez que no se logren las expectativas solo causa frustración y dolor.

El tratar de ser perfectos nos puede llevar a desarrollar sentimientos de fracaso, angustia y depresión. Ello esconde una baja autoestima que busca el perfeccionismo para ser aprobado.

sentir culpa

Buscar ayuda

Si el sentimiento de culpa persiste a pesar de nuestro esfuerzo por superarlo, si sientes que ha sobrepasado los límites que puedes manejar, es necesario buscar ayuda profesional o terapéutica antes de que sea tarde.  El trabajo con un terapeuta nos ayudará a no juzgarnos ni a buscar culpables sino a identificar aquellos aspectos de nuestra vida que nos pudieran estar perturbando.

Finalmente, cultivemos la coherencia. Mientras mayor  coherencia exista entre nuestra forma de pensar, de sentir y de actuar, nos veremos menos afectados por los errores que todos podemos cometer en la vida.


Lully