Carta de una madre a su hijo

Carta de una madre a su hijo
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Amado hijo, una vez más utilizo mis líneas para llegar a ti…

Hoy quiero recordarte algunas cosas que quiero que lleves siempre en tu corazón. Ciertamente me gustaría inyectarte mi experiencia y un poco mi misión de vida, pero tengo claro y respeto que tú debes ser el dueño de tus pasos, los cuales amorosamente guiaré, pero respetaré como tuyos.

Viniste a esta vida a través de mí, nos hemos escogido mutuamente para compartir este tiempo y a pesar de sentirte tan mío, sé que tienes un destino propio que crear y para ello mi intervención no debe ser invasiva, ni controladora, ni sobreprotectora.

Pero quiero recordarte que eres capaz de ser, hacer y tener absolutamente todo lo que quieras, que la única limitación con la que deberás verte cara a cara nacerá en tu mente y solo tú puedes decidir acunarla o anularla.

También quiero que troqueles en alguna parte que sea imposible no mirar a diario que tu principal propósito es ser feliz y aunque suene sencillo, incluso superficial, no es tan accesible para la mayoría.

Nos enseñan muchas cosas, en la casa, en la escuela… Cosas que se supone que debemos dominar para desarrollarnos y adaptarnos a una sociedad y trazar nuestra tradicional línea de vida. Pero no nos enseñan a perseguir nuestros sueños, a creer en nosotros, a descubrir lo que nos apasiona, a solo hacer lo que nos hace vibrar el alma.

Y no es sencillo,  aquí estoy yo, tratando de decirte lo que me parece es lo mejor, mientras te tengo en un colegio medianamente tradicional, incorporándote a lo que se supone es mejor para ti.

Pero en paralelo, trato siempre de que creas en ti por sobre todas las cosas, de que no renuncies a lo que quieres, de que estés consciente del momento presente, de que disfrutes lo que estás viviendo ahora, porque simplemente el ahora es todo lo que tenemos. El ahora es nuestra creación del pasado y en donde creamos nuestro futuro. Si lo disfrutamos y nos mantenemos en él, nuestra creación será muy satisfactoria.

Tus bases espirituales deben ser muy sólidas, debes tener claro que tu cuerpo es tu transporte y esta vida una más de las que tendrás para hacer tu alma cada vez más grande. Ese sentido de continuidad y de evolución le da un propósito a cada cosa que vives. Eres un ser espiritual, en una experiencia humana y más allá de cualquier religión, debes tener un buen corazón. Hay algo más fuerte que tú procurando guiarte y viéndote con el más profundo amor, y ese algo no es externo a ti, así que cuando busques respuestas, hazlo en silencio mirando hacia adentro.

La vida puede tener situaciones que no vamos a entender y no nos parecerán justas, pero cuando recordamos para qué estamos acá, se nos hace mucho más sencillo darle sentido y profundidad a cada experiencia y explicarnos el porqué de algunos eventos e incluso de personas en nuestras vidas.

Recuerda que todo es fugaz, así que no vale la pena que almacenes rencores, que postergues demasiado, que te arrepientas de algo que hayas hecho, que te preocupes, ni siquiera que te enfades, son momentos mal invertidos… La mejor actitud que debes mantener ante la vida es la de agradecimiento, cuando eres agradecido, el universo se encarga de darte muchos más motivos por los cuales agradecer.

De hecho, el agradecer es la mejor manera de explicarle al universo lo que deseamos, esa energía del agradecimiento es fácilmente traducida y nos coloca de brazos abiertos ante lo que queremos. Agrace por todo lo que puedas e incluso agradece lo que quieres que aún no ha llegado a tu vida, como si ya lo tuvieses.

No te preocupes por el qué dirán… Siempre vamos a tener personas que nos apoyen y que nos critiquen, incluso cuando no sientas el apoyo de nadie, sigue a tu corazón. Nadie, ni siquiera yo podrá vivir por ti, ni crecer por ti, ni aprender por ti, ni equivocarse por ti, ni levantarse por ti. Así que tú haz lo que sientas que hace vibrar tu alma.

Hijo

Cuida tu planeta, trata con respeto cada ser vivo, sé considerado y consciente, todo lo que tienes es prestado y es tu responsabilidad dejar un mejor espacio del que encontraste. Así que busca siempre una manera de aportar a tu mundo.

No te preocupes por almacenar riquezas, que nada de eso te podrás llevar. Colecciona momentos, atesora sonrisas, siembra mucho amor, viaja por el mundo y experimenta los sabores, las temperaturas, las alturas, los paisajes y los amores que hay esperando por ti… De cualquier manera, cuando haces lo que amas, la prosperidad siempre estará presente.

No le tengas miedo a los cambios, siempre traen cosas buenas y si estás abierto a ellos, será mucho más sencillo sacar provecho de ellos.

Recuerda que aquí estoy para ti, que soy tu madre y que seré lo que pueda ser para ti, los brazos que te arrullen o que te levanten, las manos que te acaricien, la boca que calle o hable para ti, los ojos para cuando necesites ver a través de mí, el hombro cuando necesites descansar… Seré lo que piense que necesitas y te prometo respetar los caminos que traces y decidas recorrer.

Parte de amarte es reconocerte libre, ayudarte a abrir tus alas y admirar tu vuelo… Incluso si existiese un cielo que me guste más para ti.

Cada vez que quieras estaré aquí para ti, incluso cuando ya no puedas verme, una parte de mí se habrá quedado contigo.

Con amor, tu mamá.

Por: Sara Espejo – Reencontrate.guru


Sara Espejo