El resto de mi vida, será lo mejor de mi vida
Lo que hagamos con nuestras vidas es siempre nuestra elección y si nos lo proponemos podemos darle el giro en los grados que queramos a esta experiencia.
No importa qué tan maravillosa haya sido tu vida hasta el momento o por el contrario, cuánto la has padecido, tú puedes decidir hacerla diferente, crearla mejor.
Esto depende en gran medida de la manera en la cual veamos cada experiencia y la actitud que tengamos. Si somos optimistas, si somos perseverantes en hábitos que nos den la oportunidad de reconciliarnos con nuestra existencia o con aquellos que nos han dado la oportunidad de crear cosas maravillosas, vamos a poder afirmar cómo será lo que nos queda de vida.
No importa si estamos muy jóvenes o muy mayores… esos “muy” pertenecen a los miedos de la mente, que siempre nos hace sentir que estamos fuera de tiempo cuando nos proponemos algo, en especial algo que realmente nos interesa.
Seguir al corazón
La mejor manera de garantizar que lo que viviremos a partir de ahora, será lo mejor de nuestras vidas, es involucrar al corazón en nuestras decisiones. Cuando nos permitimos la libertad de seguir nuestra intuición, de aprovechar las oportunidades que hacen vibrar a pesar del sustico que nos dan, nos estamos acercando a donde nuestra alma quiere estar y eso nos lleva a vivir mágicas experiencias.
Si no estamos acostumbrados a escuchar a nuestro corazón, debemos entrenarnos para ser capaces de escuchar sus llamados. A veces pensamos por ejemplo, que al querer aferrarnos a una relación amorosa, aun cuando sea evidentemente inconveniente estamos haciéndole caso al corazón, estamos actuando en nombre del amor, pero no entendemos que a donde nos lleva nuestro corazón es a la paz, a la calma y ésa es la pista, el sentirnos tranquilos con lo que decidimos.
La mente a veces usurpa al corazón y nos somete a situaciones muy embarazosas por sus caprichos. Está en nosotros entender quién se está manifestando y tomar decisiones realmente inteligentes, las que involucran al corazón.
Soltar el pasado
Restémosle trascendencia al pasado. Ya pasó, ya lo vivimos, ya los disfrutamos y lo padecimos, pero ya no está más… Si nos equivocamos, si nos lastimaron, si vivimos de maravilla, ya eso es pasado. Nuestra mente tiene la capacidad de recordar todo a conveniencia, idealizamos o distorsionamos todo para recordarlo como un verdadero desastre, en todo caso cómo recordemos las cosas, tiene mucho que ver con cómo vemos la vida, así que si cargamos muchas culpas o rencores, quizás tengamos que revisar cómo estamos viviendo e integrando nuestras experiencias a nuestras vidas.
Un vez que nos hemos deslastrado de lo que ocurrió y dejamos de darle entrada en el presente, nos podemos centrar en tomar las decisiones que están a nuestro alcance que nos permiten conectarnos con lo que nos hace felices, con lo que nos permite estar ben.
Ello comienza por nuestra atención, lo que vemos, lo que nos llama la atención de los demás. Si hemos tomado la decisión de que el resto de nuestras vidas, sea lo mejor de nuestras vidas, tenemos que empezar a enfocarnos en aquello que nos hace sonreír y no distraernos con lo que nos genera el efecto contario.
Si te preguntas si estás bien encaminado por tu decisión, pues revisa que cada día esté resultando mejor que el anterior… Y si es esto lo que procuramos, nuestro cúmulo de experiencias de aquí en adelante, serán cada vez mejores, lo que crearemos y lo que atraeremos será cada vez mejor y muy probablemente si mantenemos ese propósito, al final podamos voltear atrás y sentirnos orgullosos de la vida que creamos y de la decisión que tomamos en el momento perfecto.
Por: Sara Espejo – Reencontrate.com
