Cuando la ignorancia critica, la inteligencia ignora

Cuando la ignorancia critica, la inteligencia ignora
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No se trata de ser arrogantes, ni nada de eso… Se trata de que aprendamos a utilizar inteligentemente nuestros recursos. Nuestra energía y nuestro tiempo, pueden ser vistos como los más importantes recursos con los que contamos. Así que el malgastarlos prestándole atención a las críticas ajenas, no tiene sentido, ni beneficio alguno.

¿De dónde surge la crítica?

De una realidad personal, de un historial que le pertenece a cada quien. Este historial está asociado a su educación, a sus creencias, a su experiencia, a los que considera sus límites y sus parámetros establecidos acerca de lo que considera positivo o negativo.

Una crítica es mucho más útil para quien la dice, que para quien la escucha y la recibe. Pero la mayoría de nosotros no va por la vida haciéndose una autoevaluación y haciendo consciente lo que sale de nuestra boca o lo que predomina en nuestra mente para buscar qué creencia de nosotros está hablando por nosotros cuando criticamos algo, qué miedo se está haciendo presente, qué frustración se está asomando…

crítica

Simplemente actuamos en automático y cuando algo nos mueve algo por dentro que normalmente no identificamos, lo criticamos. Cuando no sabemos de algo o no tenemos suficiente información, no nos tomamos la tarea de enterarnos, de aprender, es más sencillo criticar y al hacerlo solo desperdiciamos una oportunidad para sumar algo a nuestras vidas.

En todo caso, esa crítica para quien la escucha, debe ser en la mayoría de los casos ignorada o al menos muy bien filtrada. Si somos quienes la estamos recibiendo, no debemos permitir nunca que nos cause alguno de estos efectos:

Bajar el ánimo:

Todos conocemos a quienes son expertos bajando el ánimo de los demás, para ellos nunca hay salida, lo que se plantea está mal, no están de acuerdo con nada, siempre tienen ejemplos de casos de fracasos y curiosamente, jamás hacen algo positivo por mejorar una situación, tampoco por ellos o y mucho menos por los demás.

Hacer desistir de los planes que podamos tener:

Nuestros planes, proyectos, sueños, pueden verse amenazados por las críticas. Entendamos que eso es normal, que normalmente habrá quien nos juzgue y uno que otro que nos apoye y si no hay ninguno, pues nosotros mismos debemos ser el apoyo que necesitamos, pero nuestros planes nunca debemos cambiarlos porque alguien nos haya criticado.

Dudar de nuestra capacidad:

Sí, quizás tenemos mucho que aprender, que mejorar, que crecer, pero cuando queremos algo, no hay limitación que valga. Lo que tengamos que hacer, lo haremos.

No comunicar más acerca de nosotros:

Unos critican, otros halagan… Quizás hasta todos critiquen, pero los mejores inventos, los sueños más grandes, han tenido más críticas que otra cosa… Y eso es razón para evitar el decir lo que tenemos en mente, esto tiene el poder de comprometernos con nuestra palabra y buscar lo necesario para hacerla cada vez más fuerte. Además nunca sabemos si ese que nos está escuchando será la pieza que nos faltaba para llevar a cabo alguno de nuestros planes.

Escondernos de quien nos critica:

Esa crítica no nos pertenece, le pertenece a quien la hace, sintámonos útiles y como beneficio colateral, sirvamos como puente en el desarrollo de alguien más que cada vez que nos vea o nos escuche, sentirá que algo se mueve adentro y quizás en algún momento le preste atención a ese llamado y logre atenderlo. Mientras tanto nosotros cual árbol en verano, orgullosos de mostrarnos, de hacernos sentir y con lo necesario para ignorar todo aquello que no nos aporte.

Las palabras siempre debemos tomarlas con pinzas, las que nos pueden lastimar o hacernos sentir incómodos, las podemos dejar allí y las que nos hagan sentir bien las tomamos y las traemos a nuestra mente cada vez que necesitemos un poquito de ese alimento exterior.

Por: Sara Espejo – Reencontrate.com


Sara Espejo