Cuidas tu energía cuando decides en qué te enfocas
Sabemos que estamos dando el mejor uso a nuestra energía, cuando sentimos sensaciones agradables. Por el contrario cuando sentimos algún tipo de malestar es porque estamos dirigiendo nuestra energía de una forma inconveniente para nosotros.
Sí, tenemos un sistema que nos avisa cuándo vamos por buen camino y cuando estamos escogiendo uno complicado. El detalle es que no nos acostumbramos a pausar par reconocer ese malestar y entender su fuente, ver en qué nos estamos enfocando. Solo sentimos el malestar y nos parece natural, a veces sentimos que es parte de nuestro estado natural.
Lo cierto es que cuando sentimos algún tipo de malestar, nos estamos enfocando en algo que no queremos, que no nos gusta o bien en la sensación de carencia que nos deja el no tener algo disponible en el momento presente.
Mientras que nuestro estado anímico y las sensaciones que manifestamos cambian cuando nos enfocamos en las cosas que nos conectan con nuestro bienestar, con lo que nos gusta, con lo que disfrutamos, con lo que tenemos y con lo que valoramos. Cuando enfocamos nuestras energías en estas cosas, nuestro cuerpo responde al bienestar y lo refleja. Nos sentimos tranquilos, alegres, esperanzados, en amor…
Nuestra energía es lo que somos y lo que tenemos
Todo se mueve a través de nuestra energía, el universo entero es energía en diferentes niveles de manifestación. Con cada pensamiento, con cada acción, con cada palabra estamos liberando energía y con ello le estamos mandando un mensaje a todo lo que nos rodea.
Es nuestra responsabilidad cuidar la energía que irradiamos, nuestra vibración y por ello debemos prestar especial atención a nuestro enfoque. Porque esa lupa es la que hace que en nuestra vida predomine una cosa o la otra.
Todo ocurre en simultáneo, pero nuestro enfoque por lo general está en unas pocas cosas. Si yo me enfoco en una cosa que me hace mal y no la suelto durante mucho tiempo, eso tendrá un efecto devastador en mí. No es en lo que me enfoco como tal, es el tiempo que le dedico mi atención.
Porque si bien es cierto que siempre podemos enfocar un mismo asunto de diferentes formas y cambiando este enfoque, estas cosas pueden cambiar, también debemos aceptar que habrá muchas cosas que aun cuando le demos la vuelta, resultarán indeseadas para nosotros y el inconveniente debido a la existencia de aquello que nos disgusta o nos genera algún tipo de incomodidad no sería tan grande, como el tiempo que permitimos que aquello esté en el centro de nuestro radar.
El enfoque es la clave
Si queremos que algo desaparezca de nuestras vida, debemos simplemente dejar de enfocarnos en ello. El detalle es que hacemos todo lo contrario, nos preocupamos, profundizamos, le damos vueltas y vueltas al asunto, llamamos a personas a contarles a aquello que nos acontece, no dormimos pensando en aquello, sin darnos cuenta de que lo que estamos haciendo es darle más y más poder sobre nosotros, ofreciéndole espacio, cabida y preparándonos para más cosas similares.
Aprende a escuchar las señales de tu cuerpo ante lo que estás albergando en tu mente. Practica el soltar todo aquello que te genere malestar y sustituye pensamientos que te impacientan por aquellos que te llenen de calma, de sosiego, de esperanza, de confianza.
A veces te va a parecer que es pelear en contra de un monstruo gigante el poder colocar tu atención en algo que te conecte con el bienestar, mientras un problema está haciendo todo lo posible porque te fijes en él sin desviar tu mirada para nada. Pero es la práctica la que te permitirá tener la libertad de elegir lo que albergas en tu mente.
Cuida tu enfoque… Cuida tu energía.
Por: Sara Espejo – Reencontrate.guru
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