La fe no hace que las cosas sean fáciles, hace que sean posibles

La fe no hace que las cosas sean fáciles, hace que sean posibles
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La fe es quizás la fuerza más poderosa con la que contamos los seres humanos. Los milagros ocurren porque creemos y como creemos, los creamos.

No tienes que pertenecer a una religión, ni adoptar una determinada filosofía de vida para tener fe. No es necesario creer en Dios, solo es necesario confiar en que somos parte de un proceso de creación constante y que la fe es un ingrediente que pone las cosas a nuestro favor. A veces tenemos la brújula descalibrada y creemos que solo nos ocurrirán cosas malas e igual en este caso la fe sigue actuando “a nuestro favor”.

¿Si llegas a verlo? Más allá de las etiquetas que colocamos, de los juicios de valor que tengas, cuando no colocamos resistencia  y creemos de forma inquebrantable que algo va a ocurrir, simplemente ocurre.

Es por ello que debemos aprender a tener fe y por otra parte a ser positivos, a esperar siempre los mejores resultados posibles. Siempre hay miles de posibilidades, pero comencemos a pensar que siempre vamos a experimentar la que nos ofrezca mayores beneficios. Incluso cuando no seamos capaces de verlos e medio de los acontecimientos.

Definición de fe

Entonces concluyamos que la fe es el fuego que enciende la manifestación.

Cuando tenemos certeza de que algo ocurrirá, no nos preocupamos por el cómo, asumimos que eso está resulto. Sin embargo, es acá donde se depositan los más grandes obstáculos, estamos acostumbrados que para que algo ocurra, debemos hacer algo y ese algo por lo general va a acciones que podemos colocar en una linda agenda, un paso a paso y no está mal, pero definitivamente no es la vía más expedita hacia la manifestación.

Creemos fielmente que debemos hacer cosas para manifestar, pero nos cuesta horrores que con el hecho de convencer a nuestra mente de que algo ya nos pertenece, le abrimos el camino, le abrimos la puerta, pero NO LO CREEMOS. Así que manifestamos eso que creemos que sí ocurrirá.

Confiemos en la vida, pero sobre todo en el poder que tenemos de creación, tenemos la inteligencia divina, ilimitada… Solo que nos acotamos en las paredes de una mente que hay que saberla aprovechar para que nos impulse en el vuelo, no para que nos coloque piedras como equipaje.

Observa tus pensamientos

Vamos a jugar: Durante 24 horas vas a tratar de observar lo que piensas y cada vez que puedas vas a colocar en una hojita dividida en dos columnas una que llamarás “+” y otra “-“, la idea es que contabilices el tipo de pensamientos que tienes, sin escribirlo, solo haciendo una rayita por cada pensamiento a cada lado. Los que clasifiques como “+” serán todos aquellos que sientas que te aportan y hacen sentir bien, los que clasifiques como “-“, serán los que te generen alguna emoción negativa y te mantengan alejados de lo que quieres.

Tenemos aproximadamente 60.000 pensamientos al día, no pretendo el conteo de esa cantidad, ni siquiera de un 1%. Lo que deseo es que a través de esa muestra, se den cuenta de cómo están ocupando su mente y puedan extrapolar ese resultado, concluyendo si lo que están anidando les conviene o no.

El resultado estará un poco distorsionado con respecto a lo habitual, porque la mente al sentirse observada se comporta diferente, como un niño cuando se siente observado por sus padres o sus maestros. Aun así, nos ayudará a tener una idea de todos los cuentos que nos echamos, que solo nos alejan de lo que queremos.

Aprende a pensar positivo, a sustituir pensamientos, a derrumbar creencias y sobreponerle otras que te convengan más. Puedes ser, hacer y tener lo que quieras, solo debes creértelo.

Por: Sara Espejo – Reencontrate.guru


Sara Espejo

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