Primera navidad sin ti

Primera navidad sin ti
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Navidad… Muchas veces sinónimo de nostalgia, de extrañar, de añoranza… Hay muchas formas de ausencias, pero esas que sabemos que son para siempre, nos sensibilizan todas las fibras de nuestro ser, cuando están asociadas a esos seres que más hemos amado.

No importa cuáles sean nuestras creencias, incluso si tenemos las más esperanzadoras en cuanto a qué ocurre cuando dejamos este plano, se nos hace difícil lidiar con lo que nos despierta el no poder tener cerca a alguien a quien deseamos abrazar.

En navidad o en otras fechas de relevancia, esto se potencia, la nostalgia llega a límites que no sabíamos que existían. La añoranza, el conscientizar que alguien no estará más ocupando una silla, contando sus anécdotas o quizás arreglando esas luces del árbol que con cierta facilidad, suelen dañarse, parece abrirnos un hueco en el pecho.

Raras veces sabemos cuándo será la última oportunidad de hacer algo, de decir las palabras más especiales, de dar un regalo, de compartir con alguien, de abrazar, de escuchar… Por lo general no sabemos en qué momento vamos a estar escuchando la última palabra de alguien y obviamente nunca esperamos en condiciones normales, no tener una nueva oportunidad.

Sin embargo, resultaría muy enriquecedor, el tomar cierta consciencia y valorar cada instante en el cual tenemos la oportunidad de compartir con las personas que más amamos.

No hay vuelta atrás

No podemos retroceder el tiempo, quien se ha ido, pues ya está presente en nuestras vidas, de muchas formas, pero definitivamente no en el plano en el cual solían llenarnos la vida. Tampoco podemos remplazar voces, ni ideas, ni espacios, ni momentos que solo les pertenecían a esos quienes se nos adelantaron.

Sin embargo, podemos seguir amando a esas personas, honrándolos y recordándolos, mientras hacemos que los que han quedado acá se sientan afortunados de tenernos cerca. Nunca compensaremos, no reemplazaremos, pero nos nutriremos de amor y eso aliviará las ausencias que nos duelen.

No estamos solos acá, quizás podemos tener la sensación de que se nos movió el piso, que ya nada será como antes y que nos hemos quedado a la deriva, cuando nuestros pilares afectivos deciden marcharse. Pero lo cierto es que siempre hay alguien a quien le importamos, siempre hay alguien que no quiere, no necesariamente igual, ni bajo los mismos términos, pero reconocer el amor, el afecto, la atención en quienes no quedan, nos permite sentir la conexión con nuestra malla de amor tejida para esta experiencia.

Que tu corazón se llene de hermosos recuerdos

navidad

Por eso, en estas navidades, abraza tus recuerdos, piensa en todo aquello que extrañas de ese ser amado que ahora está ausente, pero date la oportunidad de mirar con otros ojos a quienes estén, a quienes tienes, incluso cuando no estén tan cerca. Dales valor, reconoce cada presencia en tu vida, que de alguna manera te ayudarán a sostenerte en estos días que invitan a la nostalgia.

Por otro lado, recuerda quien eres… Esto es solo un paréntesis, lo que conocemos como vida, es solo una de muchas y la verdadera vida está cuando no estamos encadenados a este cuerpo. Siempre permanecemos unidos a quienes amamos, incluso cuando no estemos en el mismo plano. El amor es esa fuerza que nos mantiene unidos, cercanos, formando uno parte del otro. Quien se va antes, solo se nos adelanta, pero más allá de esta experiencia vital, está nuestra verdadera naturaleza, quienes en realidad somos y eso, incluso la muerte, es imposible cambiarlo.

Disfruta de la vida, agradece lo que has vivido y lo que aún tienes posibilidades de conocer, de vivir, de entregar. Todo tiene un ciclo, incluso nosotros mismos y lo mejor que podemos hacer mientras ese ciclo acaba, es dar lo mejor de nosotros hasta el final…

Quizás esa persona no esté sentada en su silla, pero sigue estando en tu corazón… ese y cada día de tu vida.

Por: Sara Espejo – Reencontrate.com


Sara Espejo