¿Cómo comenzar a meditar?
La meditación es una práctica disponible para todas las personas, sin embargo, alrededor de ella se tejen muchos mitos que alejan a quien se siente interesado por comenzar a meditar.
La meditación no es para iluminados, ni monjes alejados de todo contacto social. Tampoco requiere ser de una religión en particular y no va en contra de ninguna. La meditación es un regalo más a nuestro alcance, al cual podamos tener acceso en cualquier momento.
Aquí te daré algunas recomendaciones, si estás interesado en incursionar en el mundo de la meditación. Pero quiero que sepas, que esto para nada es riguroso, ni obligatoriamente debe llevar este esquema, ni se limita a esto… Simplemente te haré llegar una manera práctica de comenzar a meditar. Si el proceso te atrapa no vas a necesitar ninguna guía, más que la que se encuentra en tu interior, para establecer esa conexión con tu verdadera esencia.
Las ventajas de la meditación son muchas y las estaremos abordando en una siguiente entrada, pero te adelantaré que desde el día uno, vas a sentirte mucho más en calma, no solo durante la meditación en sí, sino en el resto de tu día y esto es una de las cosas más maravillosas de esta práctica, unos cuantos minutos son capaces de mejorarte todas las horas restantes de ese día.
¿Qué necesitas para meditar?
Constancia: Debes ser disciplinado, reservando un espacio y un tiempo para tu práctica de meditación.
Evitar las expectativas en cada sesión: Borra de tu mente que debes obtener un resultado en particular y acepta lo que te ofrezca cada práctica, sin pretender cambiarlo.
Ver la meditación como una inversión: Quizás no veas mayores resultados de forma inmediata, pero ten la certeza de que está práctica convertida en un hábito, te ofrecerá una nueva forma de ver la vida.
No te sientas frustrado: Esto va ligado a las expectativas, si ciertamente las dejas de lado, la frustración no te visitará. Una de las principales causas por la cual las personas se alejan de la meditación es que sienten que no lo están haciendo bien y por ende, no están avanzando… Pero aquí no hay manera de hacerlo bien o mal, la meditación es un proceso personal que cada quien siente, practica y vive a su manera.
Ahora bien, una vez dadas estas premisas, te invito a la práctica, para ello quisiera que tomaras en consideración lo siguiente:
- Reserva un momento al día para meditar, pueden ser incluso 5 minutos.
- Ubica un espacio físico tranquilo y lo más silencioso posible, donde puedas estar sin interrupciones durante tu práctica, evita lugares desordenados o sucios.
- Coloca una alarma que te avise una vez finalizado el tiempo que vas a meditar, comienza la primera semana con 5 minutos diarios y ve incrementándolo en la medida que quieras. Hay muchas aplicaciones especiales para meditar y medir los tiempos, si quieres descarga alguna, pero no es necesario.
- Para comenzar a meditar, siéntate cómodamente en un cojín o sobre una alfombra, manteniendo tu espalda lo más erguida posible, mientras que tus brazos reposan sobre tus piernas cruzadas… Sí, algo como la clásica posición de loto, pero teniendo en cuenta que cualquier cruce de piernas estará bien.
- Debes colocar tu espalda y tu cabeza, como si tuvieses intenciones de alcanzar con la coronilla el techo del recinto.
- Coloca tu lengua tocando tu paladar.
- Cierra tus ojos y ubica de forma imaginaria tu mirada en el punto medio entre tus dos ojos.
- Ahora comienza a respirar normalmente mientras cuentas tus inhalaciones y exhalaciones, reiniciando cada vez que llegues a 10, es decir una inhalación, con una exhalación representa una unidad, no te preocupes si de repente vas por 40… cuando te des cuenta reinicia tu cuenta y continúa.
Así de sencillo hasta que culmine el tiempo que destinaste a tu práctica.
La pregunta del millón: ¿tengo que dejar mi mente en blanco?
La respuesta es: No. Tus pensamientos estarán allí, apresurados por abrirse paso, muchos de ellos entrarán y te verás dándoles vuelta, pero harás lo mismo que cuando te pases de 10, regresarás a tu conteo desde el 1. Lo ideal acá es que no te enganches a nada de lo que pase por tu mente, que solo los observes, hasta que se vayan, como si no te pertenecieran, como si no tuviesen posibilidad de llamar tu atención.
El observar nuestra mente es una de las etapas más importantes de la meditación y es aquella que nos va a permitir desentendernos de ella por un momento y de esta forma, iremos paulatinamente tomando el control. Entendiendo que no somos ella y que menos aún somos lo que pensamos.
La meditación es el mejor recurso para amaestrar a nuestra mejor aliada, que a veces se comporta como nuestra peor enemiga. Ella siempre estará con nosotros, al menos en esta experiencia y el poder salir de su autoritarismo, nos conectará con un bienestar inigualable.
Disfruta del proceso y hazlo cada vez más tuyo… Como te dije en un principio, esto solo corresponde a una guía, pero hay miles de formas de llegar a lo mismo… Tú, comienza a caminar y verás cómo se abren los caminos.
Imágenes cortesía de: Romi Lerda
Por: Sara Espejo – Reencontrate.com
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